Me encontraba con Mia en su enorme sofá de su habitación. Estábamos viendo la serie de televisión "Friends".
—No puedo creer que ese idiota sigue en las carreras.
—Yo tampoco, todo está jodido.
—¿Y qué vas a hacer?
—¿por qué esperan que yo haga algo?, el no quiere mi ayuda, me lo dejo muy claro y para ser sincera no quiero involucrarme en eso, complicaría más las cosas.
—¿Sabes que necesitas?
—¿Un perro?
—No, unas vacaciones.
—Ya estamos de Vacaciones.
—Me refiero a salir de tu casa; ¿A dónde te gustaría ir?
—Si fuera en otra ocasión estaría encantada, pero dudo que mi mamá me quiera lejos después de lo que Ian.
—Pero tu no te fugaras, no eres igual a tu hermano. Hagamos una fiesta entonces.
—Te vas a ir de vacaciones.
—Si, pero nos vamos pasado mañana. Es triste que no vayas conmigo.
—Algún día estaremos las dos viajando por todo el mundo.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo.
No fue necesario hacer una fiesta; había una en casa de un amigo de mi colegio. Lamentablemente Mia no estaba invitada, pasaría una noche de fiesta sin gente adinerada.
Meg y David pasaron por mí; los tres nos dirigimos a la fiesta, muestras hablábamos de tonterías y los planes de verano, ninguno de los tres haríamos gran cosa.
Al llegar a la fiesta; Isabel, la anfitriona de la casa, nos recibió muy amablemente.
—¿Vanessa ya llego? — dijo David buscando a su enamorada.
Al fin encontramos a nuestro grupo de amigos y nos pasamos un muy buen rato y asi hubiéramos seguido si no fuera por Alex.
—Me siento feliz de que al fin podamos estar solos sin los riquillos, ¿Cómo es que se hicieron tan cercanos a ustedes?, yo no los soporto.
—Cállate hipócrita, si bien que les pides favores —Meg se empezó a reír.
—Ya recuerdo, fue por Jane y su sexi amiga. ¿Qué haces aquí, Jane? ¿ya te acostaste con alguno? —se me acerco.
—Eres un imbécil, Alex —lo aleje, su aliento olía a puro alcohol.
—Amigo, ya estas demasiado tomado —Jorge lo intento sacar de la cocina.
—No, estoy bien; dime Jane ¿Cuánto te han pagado?
—¡Cierra tu puta boca!
—¡Vamos!, por algo somos amigos de esas personas, por su dinero y nada más.
—Oye Alex. Mas te vale que ni le vuelvas a hablar así a Jane —apareció Christian plantándose enfrente de Alex.
—Llego el afortunado, el mas afortunado de todos ¿no es así Chris?
Christian lo tomo del cuello de su camiseta y lo arrastro hasta la salida. Los gritos de las personas se estaban presentando.
Pelea, pelea, pelea...
Otros simplemente soltaban carcajadas.
Salimos, siguiendo a Christian. Lo soltó en el suelo, Alex continúo diciendo estupideces, Christian no lo aguanto más y lo empezó a golpear. Me quería acercar a separar a los dos, pero Jorge no me dejo y David fue a separarlos. Alex estaba muy mal, su labio le sangraba al igual que su nariz; empezó a reírse.
—El tener amigos millonarios, no les va a borrar todo lo que han hecho.
Me acerqué a él, y le di una bofetada. Sin más me alejé de ese lugar y empecé a caminar en dirección a mi casa.
Alex no se había puesto tan pesado y idiota como hoy, todos sabíamos que era mala copa, pero esta vez paso el límite. Todos sabían como era antes de andar con Christian y que no me gustaba que recordaran mis errores, las cosas se quedan en el pasado y si es posible en un cofre el cual arrojarlo al océano y que nadie mas vuelva a abrir esos recuerdos.
—¿Por qué tan sola?
Me sobresalte al sentir un auto a lado de mí. En el venia Carter. Era un auto muy lindo, color negro brillante.
—¿Quién te hizo llorar? —volvió a hablar mientras paraba el movimiento del auto.
—No te interesa, Walton. Déjame sola.
—¿Dejarte sola, enserio quieres eso?
No lo quería. Quería que alguien me abrazara, quería llegar a mi casa y acostarme en mi casa, si Carter era el único que no sabia sobre mi pasado, me ayudaría.
—Sube al auto. Te llevare a casa.
Le obedecí y le di las gracias; no dijo nada, pero el maneja muy lento y solo me miraba.
—¿Qué?
—Estoy tratando de descifrarte, ya que no quieres decirme, tendré que adivinarlo.
—No tienes que hacerlo. No es de tu incumbencia, Carter.
—Desde que te conocí, todo lo que tenga que ver contigo es de mi incumbencia.