Entre Café & Dulces de Cereza

Capitulo 1

Finalmente había conseguido un buen trabajo, si no fuera por la ayuda de Jace, seguiría siendo la burla de mis amigos, aunque pensándolo bien, los amigos no se mofan de lo que haces ni te insultan cada vez que haces algo mal o no les gusta tus acciones, mi único amigo y el mejor es Jace, siempre ha estado a mi lado cuando más lo necesito, como en este momento o como cuando me ayudo a mudarme a mi nueva casa cuando nadie más lo quiso, ni si quiera Lucy que siempre estaba pegada a mí como un chicle- según los demás- o América que era mi apoyo moral, pero es tan princesa que decía que no se quería arruinar sus uñas, ella es la mimada, no yo.

--¿En qué tanto piensas? – habla mi amigo sacándome de mis profundos pensamientos.

--En lo mucho que te amo por ayudarme en esto – digo estirando mis brazos para abrazarlo.

--Solo me quieres por conveniencia – bromea haciendo un puchero mientras rechaza mi abrazo.

--Claro que no, y lo sabes – digo dándole un golpe en el pecho a lo que él se ríe.

Sinceramente si Jace no fuera homosexual, me lanzaría a plantarle un beso de lo dulce que es pero el ambiente se volvería incomodo, aunque no es como si no lo hubiera besado ya, antes y aun después de saber sus preferencias. Realmente cualquiera diría que su físico aparenta lo contrario y así lo es, su rostro alargado y mandíbula marcada, una mirada profunda que te calaría hasta los huesos, unos labios esponjosos sin llegar a lo exagerado y esa pequeña cicatriz en su pómulo derecho remarcando la rudeza de su rostro cada vez que se pone serio, su cuerpo fornido era lo mejor, buenos bíceps y un eight pack que le fue difícil conseguir. Que afortunado es su novio.

--¿Entonces mañana es mi primer día? – continuo hablando mientras me levanto del sofá para ir a la cocina a prepararme algo de comer.

--Así es – confirma siguiéndome –.Tu hora de entrada es a las 7:00 de la mañana, ni un minuto más tarde, Nick realmente es muy estricto con eso de la puntualidad.

--¿Nick? – cuestiono mientras abro el refrigerador para sacar la leche.

--El dueño del café – se acomoda en el comedor – por favor, acata todas sus órdenes y no les saques canas verdes, no es muy tolerante que digamos.

--Todo eso te lo conto Tobías ¿no?

--Obviamente, nunca he trabajado ahí pero se el martirio que se ha llevado cargando mi novio durante tres años – suspira apoyando su barbilla en sus manos ocultando sus mejillas entre ellas.

--De una vez vayan avisándole al tal Nick que me suelo poner torpe cuando estoy practicando cosas nuevas – bajo la caja del cereal de la alacena, tomo un plato hondo del trastero poniéndolo en la mesa para verter la leche y el cereal –. Espero que nunca me haciendan a cocinera porque soy un fiasco en eso.

El resto del día fue normal y corriente como el de cualquier persona ordinara, mi vida no ha sido muy emocionante que digamos, ni si quiera en el tema amoroso -otra cosa en donde soy un fiasco- soy suertuda, he tenido solo un novio formal, con el que solo dure tres meses y después me dijo que no era lo suficientemente buena para él, todos quieren a las rubias, con ojos de color y cuerpo de porristas pero yo estoy conforme con mi cuerpo, no quiero obsesionarme como mis “amigas” de mantenerme en forma y de estar contando calorías como loca. Las robustas somos las mejores.

Al día siguiente, me levante más temprano de lo que realmente estoy acostumbrada, me duche y vestí lo más rápido que pude para que Jace me llevara en su auto al trabajo. Estaba demasiado nerviosa, pensar en que Nick fuera de esos tipos de jefes gordos, grasientos y regañones o del tipo delgado, alto y malhumorado. Iba a golpear a Jace por decirme la forma de ser del dueño del café.

Llegue al local exactamente a las 6:43 de la mañana, no quería arriesgarme a saber qué pasaría si llegara tarde el primer día de mi trabajo. Por suerte Tobías ya se encontraba dentro limpiando las mesas, con una sonrisa tímida lo salude y desvié mi mirada un poco incomoda cuando Jace se lanzo a besarlo, aun seguía sin acostumbrarme al sin vergüenza de mi amigo.

--Aspen, que bueno que llegas temprano –dice entusiasmado.

--Yo siempre llego temprano a los lugares que…-- me detengo cuando Jace me mira con una ceja alzada -- ¿Qué? ¿No es verdad?

--Tu bien sabes que no – vuelve su mirada a Tobías – bueno, tengo que irme ya, te la encargo mucho, se pone torpe cuando hace cosas nuevas.

--Espero que Nick no sea tan malo – susurro para mí misma.

--No te preocupes amor, estaré apoyándola – musita el chico para después darle un casto beso a mi amigo.

--Par de tortolos, dejen de ser tan maricas y váyanse a darse amor a otra parte – habla alguien detrás de mí, su voz grave y varonil hace que me estremezca.

--Ya, lo siento, aun después de tres años sigues sin acostumbrarte – se mofa Tobías.

--Deberías de estar limpiando mesas, llegara Nick y no va a estar muy feliz – dice el chico posicionándose a mi lado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.