Entre cintas y balones.

Capítulo 9: Sinfonía de mensajes.

Hunter estaba sentado en la silla de escritorio mientras Andrew permanecía en el borde de la cama con Rocky dormido a su lado. 

 

—Ella... ¿Esta mejor? 
—Sí. Le he dado un té. Y creo que el vino ha hecho que se durmiera pronto — dijo con una media sonrisa —. ¿Que hay de ti?

 

Andrew se encogió de hombros. Agradecía infinitamente que su madre estuviera en buenas manos y los intentos de Hunter por acercarse a él pero, abrirse por completo al nuevo miembro de "la familia" era algo que le parecía además de extraño un tanto incómodo. 

 

—Bien — se limitó a responder. 
—Tu amiga, Cosette. Es una buena chica... Es guapa... — Andrew asintió como cualquier otra cosa—. Y parece que se llevan bien... 

 

"¡¿Acaso planea tener 'la charla' de responsabilidad conmigo?!" Se preguntó alarmado. 

 

—Sí. Es simpática.
—Es buena influencia para ti. Y a ella le hará bien tener un amigo. 

 

"¿Buena influencia?" ¿Que poder tenía Cosette sobre las personas para que alguien como su padrastro dijera que es buena influencia después de dos días?

 

—Bueno. Solo quería decirte que no te preocupes por todo esto, el asunto del dinero o tu padre. Esas son nuestras responsabilidades. Tú disfruta que aún eres joven. ¿De acuerdo? Con medidas claro está. — Andrew asintió —. Y si hay algo que pueda hacer o de lo que quieras hablar, sabes que puedes contar conmigo. 
—Sí. Gracias. 

 

Hunter asintió y estaba por levantarse cuando Andrew le interrumpió. 

 

—Estaba pensando en algo. Quiero... Quiero trabajar. No quiero pasar tanto en casa y creo que me hará bien si hago algo productivo ¿Verdad?
—Tienes razón. ¿Tienes algo en mente?
—No. Iré esta semana al centro para buscar algo. ¿Crees que mi madre esté de acuerdo?
—Yo me encargo de eso — dijo con una media sonrisa —. Gracias por decirlo. Buenas noches. Y no le diré a tu madre que tienes el perro en la cama si prometes no volverlo a subir. 
—Claro. Gracias.

 

No había sido una gran conversación. Pero en su interior Andrew se sentía seguro al saber que su madre tuviera quien la escuchara, la consolara, le hiciera razonar, le ayudara a pensar con cabeza fría las cosas, a sonreír y volver a reír. Se lo merecía. 

 

Ese había sido uno de los motivos por los que Hunter fue de su agrado desde el principio. A pesar de ser policía nunca les alzaba la voz, nunca se había impuesto con él o su madre, nunca lo obligaba a nada, tampoco lo restringía en exceso, confiaba en él y respetaba su espacio y opiniones. 

 

Como la noche en que le dieron la noticia de su matrimonio. Andrew tuvo que fingir sorpresa ante su madre pues ya se había enterado por mano de Hunter que le propondría matrimonio. Fue como si le pidiera su bendición, su aprobación para dar aquel paso. 

 

Él estaba consiente que su respuesta no cambiaría las cosas pues se trataba de dos adultos pero, significó mucho que tomara en cuenta su opinión sobre el asunto. Hunter era todo lo contrario a su padre. Quizás eso lo volvía un mejor esposo para su madre. 

 

Un misil hecho de un par de calcetines aterrizó cerca de su rostro. Se sentó en la cama y tomó la bola de calcetines. 

 

—Andrew— decían desde la otra ventana.


 Cuando fue a asomarse vio a Cosette sonriente con Willson a su lado apoyado en el marco de la ventana. Le hizo señas para que abriera la bola de tela. Había un trozo de papel que decía: 

 

¿Ya se fué el sargento? 

 

Andrew sonrió y arrancó un trozo de papel de una libreta y escribió:

No hay moros en la costa. 

 

Luego lanzó otro calcetín. 

Tengo hambre. 

 

Cosette lanzó de regreso el mensaje.

Yo también. Espera ahí. 

 

La vio salir de su habitación dejando a Willson dentro. Se preguntó que estaría haciendo. El teléfono vibró en la cama. 

 

Tienes que presentármela.
Háblale de mí.
¿Si? 
Por favor.
Por favor.
Por favor.

 

Andrew sonrió y negó con la cabeza. 

 

Vives a más de tres horas de aquí. 
¿Cómo vendrás si no tienes auto y no soportas ir más de una hora en autobús? Y creo que no te dejan usar la motocicleta si mal no recuerdo. 

 

Iré para tu cumpleaños. Conseguiré un auto. Ya verás. 
¿Vas a hablarle de mi o no?
¿Te gusta?

 




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