Entre cintas y balones.

Capítulo 19: Tu lugar en la cadena alimenticia.

La escuela era como cualquier otra. Con la diferencia que había menos alumnos. Pero Andrew no se dejó intimidar por la idea de ser “el nuevo”. De hecho haberse mudado en verano a la ciudad resultó ser una gran ventaja pues conocía la ciudad y a muchos rostros que encontró en los pasillos de la escuela. 

 

Tener una novia popular ayudó a su aceptación en el círculo. Sin embargo descubrió que su amiga Cosette estaba entre el grupo “medio”. No estaba entre los populares pero tampoco entre los invisibles. 

 

Y resultó que ella tenía una amiga de la que nunca les habló durante el verano. Se trataba de una chica asiática de su misma estatura, llevaba el cabello corto con las puntas color rosa, dispersas y cayendo alrededor de su fino rostro. Se llamaba: Katsumi Haru. 

 

Las veía en los pasillos y compartían algunas clases. También compartía clases con Julieth quien en ciertos momentos se mostraba un tanto celosa cuando lo veía hablando con Cosette y su amiga. 

 

Para evitar que su novia se enfadara por tonterías, Andrew la recogía todas las mañanas para ir juntos a estudiar, la llevaba a casa al salir y pasaban juntos el almuerzo.  Julieth se mostró mucho más cariñosa desde que implementó ese plan. 

 

Además que pasar con ella a solas en su auto le brindaba más oportunidades para acercarse a ella en muchos sentidos. Eran oportunidades que él no podía desaprovechar al tener una novia tan guapa. 

 

Un día en clase de gimnasia su maestro le invitó a entrar en el equipo de baloncesto. Decía que tenía talento además de mostrar dominio de la técnica. En especial sus lanzamientos, eran los mejores. 

 

Julieth se mostró entusiasmada cuando se lo comentó, Cosette le dijo que si quedaba en el equipo le aseguraba que le apoyaría ella y su amiga en todos los partidos aunque Julieth se pusiera celosa. Jack fue directo al decirle que no se lo pensara tanto si sabía que era bueno. 

 

—¿Por qué has vuelto tarde cielo? — Preguntó su madre desde la cocina. 
—Me he quedado al entrenamiento de baloncesto. Están recibiendo jugadores y quise probar. El entrenador dice que no soy tan malo — respondió buscando algo de beber en la nevera. 
—¿Volverás a jugar?
—Tal vez. Sí me aceptan. 

 

Su madre le abrazó sin importarle que estuviera lleno de sudor. Sabía lo mucho que disfrutaba su hijo de ese deporte y lo difícil que fue para él dejarlo cuando todo se vino abajo en su casa. 

 

Hunter también le expresó su deseo porque le aceptaran en el equipo y hasta se ofreció a ayudarle a entrenar el fin de semana. 

 

A la semana siguiente Andrew ya era miembro oficial del equipo. Así que ahora debía quedarse después de la escuela tres días a la semana para los entrenamientos.

 

Julieth también hizo cambios. Renunció a ser porrista para inscribirse en el club de natación. Decía estar aburrida de saltar y corear a los chicos. Y que únicamente lo había hecho por ser un tipo de “tradición”  en su familia. Donde su hermana mayor fue capitana de las porristas, luego siguió ella y su hermana menor aspiraba a lo mismo. 

 

De manera que ahora todos se encontraban ocupados; Andrew en sus entrenamientos, Julieth en sus prácticas y  Jack en sus entrenamientos de fútbol en su escuela. Lo bueno es que seguía viendo a Cosette todas las noches en su ventana mientras intercambiaban notas y pasaban los sábados juntos paseando a Wilson y Rocky.

 

Ni la agenda ocupada, ni la novia de Andrew ni la amiga de Cosette podían separarlos. O al menos eso es lo que Andrew pensaba, hasta que llegó Kate. 




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