Entre cintas y balones.

Capítulo 26: La admiradora más entusiasta.

Esa semana Andrew habló con su padre un par de veces. Y este a su vez, le decía lo bien que la pasaba con su esposa.

 

Andrew se sintió bien al escuchar las palabras de orgullo por parte de su padre al saber que era parte del equipo de baloncesto de la escuela, que tenía buenas notas y una novia. 

 

Le prometió que llegaría a verlo para su siguiente partido. Y aunque Andrew dudaba que llegara, esta vez su padre cumplió su palabra. 

 

Sin embargo la sorpresa no fue verlo esa noche. Más bien fue verle llegar con Mindy. Estaban sentados junto a Cosette y Katsumi quienes amablemente habían guardado lugares para ellos. Y para dar un toque más de tensión, Hunter y Alexia también estaban ahí. 

 

Andrew puso todo su esfuerzo por concentrarse en el partido en lugar de pensar en la tensión que habría cuando terminara. Hunter, como ya se había vuelto costumbre, luego de cada partido de Andrew o de Jack hacían la parrillada o solo pedían unas pizzas para todos. Sin embargo, Gil le había dicho a su hijo que tenía planes para la celebración.

 

El marcador indicaba los segundos en que avanzaba el partido. Corrían de un lugar a otro persiguiendo el balón y aplicando las jugadas que el entrenador les indicaba con las señales. 

 

Estaban dos puntos por debajo del equipo contrario, el público y las animadoras saltaban gritando el nombre del equipo local. Andrew había fallado un par de tiros, estaba muy tenso. Sus amigos estaban ahí, sus padres junto a los nuevos cónyuges. Podía escucharlos desde la cancha discutir. En especial a su madre y su padre. 

 

Alguno de ellos decía un comentario y el otro lo transformaba en una especie de comentario negativo. Provocando sarcasmos, reclamos, gritos y discusiones tontas sobre lo que hacían o no hacían cuando estaban juntos. 

 

Lo que Andrew más lamentaba era que sus amigos estaban ahí escuchando todo. 

 

Durante los pocos minutos de descanso buscó con la mirada a su familia. Hunter se veía incómodo, abrazaba a Alexia quien tenía expresión de enfado y hablaba con su marido en susurros. No hacía falta escucharla, Andrew sabía por su expresión que estaba criticando la forma de vestir de Mindy quien parecía más una adolescente que una mujer casada con sus ajustado a vaqueros y tops escotados. Mindy estaba totalmente desconectada de la realidad, tomándose fotos con Gil y seguramente subiéndolas a su cuenta de Instagram junto a su enorme e infinita galería. Y Gil la abrazaba, le susurraba al oído como si fueran un par de novios. 

 

“Que desastre”. Pensó limpiándose el rostro lleno de sudor. Sus amigos estaban saludándole con una sonrisa. Jack abrazaba a Cosette. Ambos tenían puestas unas camisetas con el logo del equipo. Katsumi le saludó con entusiasmo. Andrew sonrió al verla. Era su admiradora más entusiasta, positiva y la única que no lo perseguía a todas partes pidiéndole autógrafos o una foto. 

 

Buscó a Julieth con la mirada pero no la encontró imaginó que habría salido a comprar algo que beber. En ese momento vio a Katsumi hacerle señales con gestos y las manos. 

 

Habían creado entre los cuatro una especie de código con señas para comunicarse a distancia. Él hizo una señal que indicaba que buscaba. Katsumi negó con la cabeza. Se tocó la frente, dibujó en el aire una “J” y negó de nuevo. 

“¿No ha venido?”.

“¿Segura?”. Preguntó en un ademán. Ella asintió y tocó a Cosette para que le confirmara lo que decía. Julieth no llegó a verlo. Supuso que ella solo había querido ahorrarse el drama familiar. Ya conocía a Hunter y a su madre pero ver a su padre y a Mindy era mucho pedir. 

 

El silbato anunció el final del partido. Ganaron. Pero no gracias a los excelentes tiros de Andrew. A penas y si asestó dos. El entrenador le dijo que descansara, que lo había hecho bien y que hablarían luego en el entrenamiento. Andrew asintió a todo lo que le decía y se fue a las duchas. 

 

En casa todo estaba más o menos. Su madre criticaba todo, absolutamente todo lo que Mindy hacía y no hacía. Gil no perdía oportunidad para soltar bromas y comentarios sarcásticos sobre policías o contando cosas vergonzosas de Alexia. 

 

Por lo menos solo él estaba ahí para soportar a esos cuatro pues les pidió a sus amigos que no llegarán a la parrillada. 

 

Estaba en el patio frontal sentado con Rocky al lado. Recordó la noche en que estuvo en ese mismo pórtico con Cosette y su pequeño cachorro que ahora era mucho más grande. 

 

Lo acarició mientras en la sala los adultos discutían sobre la música y el volumen. Rocky le miró con ojos de incertidumbre. Como si preguntara: ¿Qué ocurre Andrew?

 

—No lo sé Rocky. Nunca los entendí y menos ahora. 




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