Entre cintas y balones.

Capítulo 27: Giros inesperados.

No era la mejor semana para Andrew. Su madre seguía de mal humor por la visita de su ex esposo. Muchas tareas, entrenamientos arduos y no había podido hablar con Julieth. 

 

Ya era Miércoles y ella seguía evitándolo durante el almuerzo. No respondía a sus mensajes y no había querido que llegara por ella en las mañanas para ir a clases. 
Corrían algunos rumores sobre Julieth y la fiesta del viernes en la noche que el equipo y un buen grupo de estudiantes realizó. Pero Andrew confiaba en ella. Y prefería solucionar cualquier altercado hablándolo directamente. Algo que le estaba costando y no únicamente por no poder hablar con ella si no por que todos a su alrededor le decían que su chica  despertó de una buena borrachera al lado de otro el sábado por la mañana. Cuando él creía que tenía un fuerte cólico menstrual como para no ir a ver a su novio a la cancha.  

 

Cuando la campana sonó para la hora del almuerzo vio a las chicas junto a sus casilleros. Se acercó abrazando a Cosette por la espalda y le puso una pegatina en el cabello a Katsumi. Pues desde que durmieron abrazados el Viernes pasado, Andrew se sentía extraño si estaba muy cerca de ella. 


—¿Qué debería decime? — Inquirió. Pues las escuchó hablando de él y algo que se supone debería saber. 
—Nada — se apresuró a responder la chica de cabello de colores. 
—Kat tiene algo importante que decirte — dijo Cosette mirando a su amiga de forma sospechosa—. Los dejaré solos. Yo tengo la tarea And. Los veré en la mesa — dijo caminando a toda prisa hacia la cafetería.
—Y bien. ¿Qué tienes que decirme? — Se cruzó de brazos y se apoyó en el casillero. 


Katsumi miraba en el interior del suyo como si buscara algo. 


—Vamos Kat. Habla. Hoy no estoy de humor para mucha paciencia y tengo hambre. 
—Entonces quizás sea mejor que te lo diga cuándo estés de mejor humor. 
—Eso tardará. 
—¿Qué ocurrió? — Preguntó ahora mirándolo.
—Julieth no me habla. De nuevo. No sé qué rayos le pasa. Tenías razón. Quizás debería terminar con ella. 
—Tú sabrás si es lo mejor. 


Andrew la observó un momento. Ella le miraba atenta a través de esas enormes gafas de montura verde. 


—Es sobre ella ¿Cierto?
—Andrew yo no…
—Entonces ¿Es cierto lo que dicen? ¿Qué pasó borracha en la fiesta del viernes con Douglas?
—Bueno… 
—Kat. Suéltalo ya — pidió sujetándola por los hombros. Se había inclinado debido a la baja estatura de la chica. 


Ella bajó la mirada y su semblante cambió.


—Yo… Los ví en los vestuarios de las chicas. Cuando salí de la práctica. 
—¿Y no dijiste nada? ¿Por qué no me lo has dicho? — reclamó molesto.
—Tenía la esperanza que no fuera ella. A penas y los vi ese día pero volví a encontrarlos cuando ya todos se habían ido. Yo siempre me quedo una hora más y cuando llegué… Escuché que… 


Pero le fue difícil seguir hablando al ver el rostro de decepción e indignación en Andrew. 


—Esperé a que salieran y asegurarme que no fuera ella pero… Lo siento Andrew — susurró. 
—Gracias. — Fue todo lo que dijo antes de caminar en dirección contraria del pasillo. 

 

 

Tres semanas después. 

 

Andrew llegó cansado del entrenamiento. Subió corriendo las escaleras con Rocky detrás de él. Fue a sacar ropa limpia y se dio otra ducha rápida. Al volver a su habitación encendió la portátil que descansaba sobre el escritorio que estaba frente a la ventana donde hablaba con Cosette. 

 

Se entretuvo viendo las notificaciones cuando logró ver en la habitación de el frente a Cosette. Tenía puesta música alta, que a pesar de tener la ventana cerrada podía escucharse un poco, cantaba y saltaba. Miraba hacia la esquina donde estaba el espejo sin ser consiente de la mirada de Andrew. 

 

Él sonrió. Estaba a punto de volver la mirada hacia la pantalla cuando de pronto le vio sacarse la blusa y los pantalones cortos de un tirón. Abrió los ojos sorprendido. En los meses que tenían de ser vecinos nunca la había visto así. 
Congelado no fue capaz de apartar la mirada. Ella desapareció en dirección a su armario. Andrew respiró con alivio al ver que ella ya no estaba en su rango de visión. 

 

De pronto estaba de nuevo en el mismo lugar con un vestido que sostenía frente a su cuerpo. Se dio la vuelta dándole a Andrew una visión completa de su ropa íntima. Y ¿Cómo pasar por alto esas curvas de las que no tenía ni idea que estaban ahí?




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