Entre cintas y balones.

Capítulo 33: Un milagro de Navidad.

—Se supone que el Joker debe ser todo menos… Sexi — dijo Jack mirando de pies a cabeza el disfraz de su novia para la fiesta de Halloween de la escuela. 
—¿No te gusta? — Pregunta en tono inocente poniendo una mano en la cintura y modelando de nuevo. El puchero y sus ojitos de cachorro le dieron un toque más sexi todavía. 


Jack tragó saliva. 


Habían decidido ir como El Joker ya que Jack no quería ponerse maquillaje en el rostro a menos que fuera para algo que realmente valiera la pena. Así que Cosette usaría una versión femenina del personaje y él la correspondiente. 

 

Una peluca de color verde que Katsumi se encargó de conseguir desde Japón, el saco morado a la medida junto a una blusa mostaza. La parte inferior del conjunto la modificaron de un pantalón a una falda muy corta del mismo tono. Pero para que ella no sintiera las piernas demasiado desnudas, consiguieron medias negras. Zapatos. Y el clásico maquillaje blanco para el rostro y un perfecto delineado de sonrisa burlesca en sus labios saliendo de los límites de sus comisuras. 


—Me gusta mucho. Es una lastima que no podemos besarnos con este montón de pintura en la cara — dijo señalando sus rostros. 


Cosette se acercó para depositar un beso corto en sus labios y partieron a la fiesta. 


La decoración del gimnasio no se había limitado a los naranja y negro de la época. Tenía un estilo gótico que combinado con las luces púrpuras, rosas y verdes parpadeantes te hacía sentir en una discoteca de la ciudad. 


Modelaban desde los clásicos zombis, momias, Frankenstein y los que querían atrapar chicas se atrevieron a vestir como esos personajes de películas de vampiros. Caballeros medievales, montones de enmascarados y trajes ajustados haciendo que el evento pareciera una convención de cómics con todas las ligas y equipos que podían haber tanto de héroes como villanos. Y personajes de películas de terror. 


Pero lo que más resaltaron fueron Andrew y Katsumi con sus elaborados trajes representando a personajes de Dark Souls. 

 

Lograron ser elegidos entre los finalistas para la competencia. Una pareja de villano y superhéroes y otros cosplay de animes eran sus rivales.

 

Al final de la noche, Andrew y Katsumi, la pareja de fornida armadura resultó ganadora y acreedora de los $500.00. Para sorpresa de la misma Cosette fue seleccionada finalista en la categoría de “Chica sexi”. Aunque no ganó, los minutos que permaneció en la tarima fueron suficientes para que Jack presumiera ante todos de su guapa novia. 


Las risas, los ponches color sangre y los cientos de fotos no faltaron. Todos saltaban en la pista entre la multitud, otros salían a esconderse en los jardines para besarse y más de una pareja había desaparecido en el estacionamiento. 


Y unos cuantos se emborrachaban por primera vez ya que alguien se estaba encargando de surtir el licor en la mesa de bebidas. A estas alturas Cosette y Katsumi ya reían por todo gracias al nivel de alcohol en el cuerpo. Bailaban, empujaban a sus novios entre chistes absurdos que les ponían las mejías rojas. 


Los chicos decidieron llevárselas cuando comenzaron a caer de sus propios zapatos de plataforma y derramar sus bebidas. 


Llegaron a la cabaña después de media noche. Y de inmediato ellas corrieron al lago diciendo que querían meterse al agua. Así que Jack propuso encerrarlas en una habitación hasta que cayeron dormidas. 

 


Noviembre pasó rápido.  Ya podías sentir el espíritu navideño en los supermercados, el centro comercial y en algunas casas. 

 

Luces, decoración, música y comerciales en todos los medios para aprovechar los descuentos de la temporada. 


Andrew había recibido un mensaje de su padre diciendo que estarían ahí para Navidad.  Los padres de Jack decidieron no realizar su reunión anual con clientes y amigos pues creían que se les haría muy difícil no ceder a la bebida, faltando a la meta que tenían en el programa de rehabilitación.  Por ello los Collins ofrecieron su hospitalidad asegurándoles que les ayudarían en ese sentido.  El Teniente General Anderson estaría en casa para las fiestas y año nuevo, así que aceptó la invitación de Alexia a la cena de Navidad.  Franklin tenía turno ese día pero prometió que al salir estaría acompañándoles. 

 

Era bueno que toda la familia y los amigos se reunieran, la única desventaja era que los chicos pasaron toda la semana antes de la cena, yendo y viniendo una y otra vez al supermercado para comprar todo lo que Alexia y Mary usarían. 

 

En medio de todo el alboroto de los exámenes, las tareas y la cena, Jack había olvidado comprarle a Cosette un regalo.  Andrew decía estar tranquilo pues le compró a Katsumi un juego que podría disfrutar con los nuevos lentes VR, sus mandos y consola que se compró recientemente con el dinero del concurso y unos ahorros.


—Pero ella no juega esas cosas — se quejó Jack mientras miraban en un escaparate lleno de artículos electrónicos, accesorios de computadoras y consolas. 
—Entremos ahí — dijo Andrew mirando un gran almacén. 




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