-Año 1940, comienzos de la Segunda Guerra Mundial-
Madre superiora, mi nombre es Rebecca y me dirijo a usted para que me reciba a esta criatura que tengo en mis brazos, la tuve el 18 de marzo de 1938 en Londres-Inglaterra. Vine a Francia para dejarla en este orfanato y darle una mejor vida. Mi esposo y yo volveremos a Inglaterra para seguir con nuestros negocios y grandes industrias que tenemos allá para surtir de vestimenta a los soldados que están luchando por la libertad de nuestro país que está en la Guerra y como no queremos que nuestra hija sufra por una ignorancia del hombre, busque el refugio más alejado y oculto de toda Europa. Aquí le dejo este dinero para que a ella no le haga falta absolutamente nada y a ustedes no les sea difícil pensar en la crianza de mi hija y asimismo en la de los demás chicos que están aquí, son tiempos difíciles y como sabe, todas las familias tienen que aportar algo para la ofensiva, claro está, los que no alcanzan a huir y empezar desde cero en países que no tienen ni la mayor mínima idea de cómo vivir y en lugares extremadamente alejados, refugiados del peligro y totalmente escondidos. Cuando acabe todo este disparate y nosotros terminemos como victoriosos, es decir, que Inglaterra comience a regenerarse por todo el caos y destrucción que esta guerra dejara, entonces volveremos para que nos entreguen a nuestra hija, su nombre es Ana.
-Entiendo señorita. Son tiempos difíciles que Europa está pasando, pero, no se preocupe que su hija va a estar muy bien con nosotros y que Dios me la acompañe a usted y a su esposo en su viaje de regreso –le dijo la Madre superiora mirándola a los ojos.
-Por favor Madre superiora cuide a mi hija muy bien, ella es todo lo que tenemos y amamos en esta vida –respondió Rebecca estirando los brazos para entregarle a su hija.
-Ella va a estar muy bien con nosotros, los niños son nuestra prioridad ya que son el futuro del mundo, la nueva generación –asintió la Madre superiora recibiendo a la criatura.
-En doce años volveremos. Hasta entonces Dios los guarde –se despidió Rebecca empuñando las manos y llevándoselas al rostro.
La madre de Ana se despidió una vez más de su hija y de la Madre superiora, y luego se dirigió hacia el automóvil que esperaba por ella muy paciente en la calzada que estaba a ocho metros de distancia de donde se hallaba el orfanato, se montó en el carro en la parte del asiento de adelante al lado de su esposo que se encontraba al volante. Encendieron el carro y comenzaron su rumbo hacia el hotel donde se estaban hospedando por el momento en Francia, una vez llegaron a la habitación comenzaron a empacar todas sus cosas de muy alta calidad, como por ejemplo los vestidos de Rebecca que costaban $6,000 Euros, los tacones de gala de $1,500 Euros, las joyas de oro puro que los dos manejaban y las corbatas finísimas que el señor utilizaba cuyo valor era de $3,500 Euros cada una y sin hacer cuenta el valor que le costaba un solo traje de alta costura del padre de Ana.
Al día siguiente los padres de Ana se despertaron alrededor de las seis de la mañana para poderse vestir con paciencia, desayunar con calma y no perder el vuelo que debían tomar a las nueve y treinta de la mañana en punto, ni un minuto más y ningún minuto menos. El aeropuerto internacional es muy exigente y más cuando el país se encuentra en guerra y solo realizaban esos vuelos por obtener bastante dinero y sí que reunían una gran cantidad para mandarlo al campo de batalla y gastarlo en armas, ropa, medicamentos y enfermeros para que atendieran a los heridos.
El Reino Unido ya había insistido a Hitler a poner fin a su expansión luego de las invasiones contra Austria y Checoslovaquia. Sin embargo, Alemania realiza la más devastadora invasión vista hasta entonces. El 1 de septiembre de 1939, los nazis deciden invadir Polonia. Este ataque, que fue muy potente, hizo que el Reino Unido le declarara la guerra inmediatamente a Alemania, iniciándose así la Segunda Guerra Mundial. La declaración de guerra tomó por sorpresa a Hitler, pero eso no evitó que los nazis siguieran avanzando por territorio polaco, en donde realizaron las más despiadadas ofensivas. En menos de un mes, los nazis ya habían tomado el lado occidental de Polonia y habían devastado a su capital Varsovia. En primera instancia, pese a estar en guerra con los alemanes, los británicos no movilizaron tropas. Luego de estar meses sin combates, Alemania sigue su expansión invadiendo Noruega y Dinamarca. Los daneses cedieron al instante, pero los noruegos opusieron resistencia. En la llamada Campaña de Noruega, los británicos envían tropas a Noruega y comienzan una batalla contra Alemania. La batalla en Noruega dura dos meses, y finalmente, los británicos son derrotados, y son obligados a retirarse de la zona y Noruega es ocupada por los alemanes hasta el final de la guerra.
El Reino Unido envía tropas a Europa Occidental cuando los alemanes invaden Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos y Francia en mayo de 1940. Tras efectivas operaciones orientadas en la guerra relámpago, Alemania logra avanzar rápidamente por los primeros territorios, aunque eso haya implicado la destrucción de la ciudad holandesa de Róterdam. La Fuerza Expedicionaria Británica avanza hacia el norte de Bélgica e intenta detener el avance de los alemanes, pero estos últimos dominan territorios belgas rápidamente. Finalmente, las tropas británicas en territorio europeo son derrotadas.
#49508 en Novela romántica
#7980 en Chick lit
#32664 en Otros
#2821 en No ficción
Editado: 30.03.2018