Mientras se comían el helado, el ambiente se volvió más relajado, casi como si el tiempo se hubiera detenido. Estaban tan cómodos juntos que hablaron de todo: sus vidas pasadas, sus familias, incluso de los momentos que más miedo les daban. Valentina, con una sonrisa juguetona, le propuso un juego.
—Oye, ¿quieres jugar a algo? —dijo Valentina—. Un juego para conocernos más. ¿Qué es lo que más te da miedo?
Marcos, un poco sorprendido por la pregunta, se quedó en silencio un momento. Al final, suspiró y comenzó a hablar con calma.
—Hmm, bueno... lo que más me da miedo es perder a mi familia. A mi hermanita, sobre todo. Soy muy de estar con ellos, sabes, y mi hermanito tiene solo 5 años. Mi mamá es como mi heroína, hace el papel de madre y padre todo el tiempo, y me inspira un montón. Y si hablamos de animales... definitivamente las cucarachas voladoras. Esas cosas me dan pavor.
Valentina no pudo evitar reírse un poco al escuchar lo de las cucarachas, pero la conversación volvió a ponerse seria cuando le tocó responder.
—Yo... creo que lo que más me da miedo es la muerte —dijo, bajando la mirada por un momento—. Porque nunca sabes si te va a tocar hoy o mañana, ¿no? Y también le tengo miedo a perder a mi familia. A mi hermana, Sofía, que tiene 3 años, y a mi mamá, Antonella. Ella ha sido mi apoyo siempre, me enseñó a ser fuerte, incluso cuando me sentía perdida. Mi papá, Paulo, también. Son lo único que tengo seguro, y no sé qué haría sin ellos.
Marcos la miró en silencio, como si esas palabras le calaran hondo. Sabía lo que significaba tener a alguien tan importante en la vida.
Editado: 03.03.2025