Entre Clones y Materia Oscura

El Deseo de un Clon 11

En una misión a veces nativos de una realidad pueden interponerse

en el trabajo de los agentes, pero es muy importa no lastimarlos

ya que eso podria provocar un efecto mariposa.

Solo se los neutraliza temporalmente para que no molesten, 

pero jamas matarlos o herirlos de gravedad. 

 

En poco tiempo el sol llegaría a estar en su punto más alto, podía verlo por el marco donde debería haber una ventana en la cima del gran edificio. Pero este edificio no era el mismo en el que se encontraba Isa Trebor supervisando el Aligner, era otro mucho más alejado de esa ubicación.

     El Bosque de Cemento era un lugar realmente extenso, literalmente se trataba de los restos de una ciudad enterrada bajo la arena, sus únicos remanentes eran los cráteres de las explosiones y las cimas de los edificios más altos y abandonados por el tiempo. Solo que este lugar tenía sus límites y al salir de la ciudad lo que seguía eran unas extensas planicies arenosas, y el límite entre ambos lugares era donde el Julián de Picas hizo su comunidad.

     Había otros edificios antes de llegar a la comunidad pero en el que nos encontrábamos era lo suficientemente alto como para poder ver decenas de carpas instaladas donde empiezan las planicies, nuestro objetivo es ir ahí porque allí se encuentra el fugitivo. El problema es que no sería fácil aunque por suerte Liceo había tenido una gran idea, aunque eso me preocupaba un poco.

     En medio de la habitación en ruinas y llena de tierra se encontraban dos personas de espaldas sentadas en el suelo que yo había secuestrado con la aplicación de mi reloj, ambas estaban amarradas y no paraban de moverse en un intento de escapar. –Desgraciados –dijo uno de los sujetos por debajo de su máscara de madera, no se saldrán con la suya.

     –Por el agua clara, nuestro guía los ahogara –agregó el otro.

     Dejé de mirar por el marco de la ventana para centrarme en mi hermano parado al lado de ellos. –¿Estás seguro que esto funcionara?

     Él llevó su mano a mi hombro .–Confía en mi hermanita, estuve dentro de la mente de este sujeto. Ya sé cómo funciona todo y tengo mucha fe en esto.

     –Está bien –acepté un poco a regañadientes, no es que no confiara en Liceo, es solo que me genera dudas cuando se trata de este tipo de cosas. A pesar de eso ya había dado mi palabra de afirmación por lo que mi hermano actuó, desenfundó su pistola del cinturón y le apuntó a los dos sujetos, naturalmente estos se alarmaron y empezaron a rogar por sus vidas aunque de toda forma mi hermano les disparó.

     Ellos podrían ser vitales para este universo, nuestras armas no asesinan personas y esta tampoco fue la excepción. Cuando el rayo impactó sus cuerpos estos quedaron congelados en el tiempo en sus últimas posiciones, similares a estatuas. Entonces mi hermano prosiguió con su plan, desató la soga que los unía para sacarles la ropa aunque agradecí que solo fueran sus túnicas negras.

     –Tenemos que ponérnoslas –indicó arrojándome una y a pesar de no querer hacerlo termine por obedecerle porque no teníamos un mejor plan. Al terminar de hacerlo él también le sacó la máscara de madera a uno, esta tenía pintado en blanco el dibujo de una copa en su centro–. Y tú también tienes que colocarte esto.

     –¿Por qué? Ya no aguantare el calor con esta ropa, creo que ni siquiera podré respirar con eso en la cara.

     Podía notar como Liceo intentaba mantener su paciencia aunque le costara un poco, contenía su estrés cerrando más la boca al hablar.  –Ya te lo expliqué hermanita, este tipo creó toda una religión en torno al agua. Los más altos rangos son los Coperos, te tienes que hacer pasar por uno y ellos siempre usan esas mascaras.

     –Entonces tú también ponte una –le recriminé, si yo tenía que sufrir entonces él también.

     –Ya te dije que yo me voy a hacer pasar por él –soltó una risa al final.

     Llevé mis manos a la cintura. –Claro, con ojos morados –en respuesta Liceo, que también ya tenía la túnica puesta, se colocó la capucha y la estiró lo más posible para tapar sus ojos, pero dejando que se notara algo de su cabello rojo por los costados; sumado a esto también bajó un poco más la cabeza. Eso solo me generaba más dudas–. Nos van a matar. –De todas formas, él se veía tan confiado que creo que me transmitía un poco de ese sentimiento, no mucho, pero si el suficiente.

     Los cuerpos congelados estaban desatados así que cuando el efecto se pasara podrían regresar a la comunidad, aunque faltaban un par de horas para eso por lo que no nos preocupamos. Los dos bajamos del edificio y cuando mis pies dentro de las botas tocaron la arena logre sentir como si una fuerza invisible me ralentizara, el calor era demasiado fuerte y pesado.

     Para nuestra suerte no tendríamos que caminar más de tres cuadras para salir por completo del Bosque de Cemento y llegar a las primeras carpas de la comunidad. –No te encorves tanto –dijo mi hermano–. Mantente recta. Solo relájate, no estés nerviosa.

     –Muchas gracias por decirlo, ahora todos mis nervios han desaparecido –le contesté haciendo lo más obvio posible mi sarcasmo.

     Me lo creería totalmente si Liceo no se percató de que estaba siendo sarcástica, y por un momento me hizo dudar por lo que siguió hablando. –Este tipo se mandó toda una religión relacionada al agua, es bastante estricto con el dogma que hizo y todos lo respetan sin dudar.

     –¿Pero por qué? –se me escapó la pregunta.

     –Ante los ojos de estas personas él literalmente controla su sangre y crea una bebida curativa llamada Néctar. Él les dijo que fue bendecido por las aguas del mundo con el objetivo de ayudar a re forjar el planeta, y con este mundo en el estado que esta cualquiera quiere tener algo en que creer. Y más cuando le das evidencias como hacer armas con tu sangre.




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