El joven de cabello castaño oscuro y ojos cafés seguía haciendo esto porque no tenía otra opción, si se alejaba lo suficiente del destructor de realidades, los guardianes del Punto Nexo lo verían como un intruso y lo atacarían. Aun sin su Reloj Prometeus y sin la asistencia de algún Escolta podría arreglárselas para encargarse de algunos de los seres de este lugar, el problema es que son demasiados y él no aguantaría por siempre.
Un poco por delante de Lautaro se encontraba volando una mariposa negra, sus alas grises tenían ojos en lugar de su cara donde solo había antenas. Ambos ya llevaban demasiado tiempo deambulando por el supermercado infinito y eso empezaba a preocuparle al agente de OCCET, el cual no sabe casi nada sobre la naturaleza de este lugar.
–¿El tiempo transcurre de la misma forma aquí que en el Volumen de Hubble donde está mi cuerpo? – quiso saber la conciencia libre quien caminaba en ropa interior.
–Como te dije antes, yo no suelo usar Puntos Nexos para moverme. No tengo mucha idea de ellos y tampoco se la respuesta a eso, si tuviera que adivinar diría que el tiempo que pasamos aquí es el mismo para el universo del que venimos.
–Entonces deberíamos regresar ahora –volvió a insistir en eso–.Ya llevamos mucho tiempo dando vueltas por aquí y no quiero que mi cuerpo muera por desnutrición.
La mariposa seguía su curso sin inmutarse. –Imposible, si nos vamos ahora cuando regresemos apareceremos donde siempre. Perderíamos todo el recorrido.
–Pero que estupidez –susurró Lautaro cruzando sus brazos–. Si igual ya revisamos como doce Volúmenes de Hubble diferentes.
–Sí, y en ninguno de ellos Valentín era feliz. Tenemos que encontrar uno donde si lo sea para usar como referencia, lo único que encontramos fueron distintas cosas malas.
Recordando su corto entrenamiento como Operador el agente de OCCET se concentró en eso y se olvidó de su enfado <De todas formas es demasiado notable que a Vale le vaya tan mal en tantas realidades paralelas ¿Sera esa la constante de sus Bifurcaciones?> aunque ese fuera el caso todavía había que tener en cuenta que el Multiverso es infinito y eso significa posibilidades infinitas, no importa que tan bajas sean las probabilidades.
<En ese sentido ese idiota tiene razón> con enfado Lautaro observó a la fea mariposa <Si continuamos así eventualmente deberíamos encontrar un Volumen de Hubble donde Vale sea feliz, solo que me preocupa mi cuerpo y no sé cuántas horas llevamos ya aquí>.
Debido a que el joven se encontraba absorto en sus pensamientos no se dio cuenta del cambio que estaba sufriendo su entorno, no hasta que en una de sus pisadas la planta de su pie tocó algo frio y húmedo, algo que casi provoca que se resbalara.
Fue entonces que dejó de mirar dentro de él y de caminar en modo automático para regresar a la verdad que lo rodeaba, una que al parecer había sido distorsionada. Una gran cantidad de agua salía de algún lugar y estaba inundando todo el suelo, sumado a eso la luz eléctrica comenzaba a escasear para darle paso a una tibia niebla. –¿Qué está sucediendo? –Analizaba Lautaro su alrededor con una creciente preocupación.
Para su mala suerte a la mariposa también le pareció extraño esto por lo que se detuvo para revolotear a su alrededor y no hacia adelante. –Hmmmm –reflexionó Sirio–. Tengo un buen presentimiento sobre esto. Tenemos que seguir adelante.
–No sé, esto en serio me preocupa. –Por primera vez Lautaro dejó salir un poco de su interior, algo de su inseguridad. Lo hizo a la par que observaba un bloque de piedra tallado de forma rectangular con una superficie perfectamente lisa, la piedra media nueve metros de alto y tres de ancho.
Aun así, Sirio parecía no conocer lo que es el miedo. –¿Por qué? Solo cambió un poco el entorno ¿Cómo conseguiste superar las pruebas para hacerte agente?
–Mirando siempre adelante –contestó al instante Lautaro.
La mariposa negra con ojos en sus alas grises se acercó a él. –Entonces has eso ahora–. Y literalmente él lo hizo.
El supermercado, que parecía estar a medio proceso de transformarse en otro paisaje tenía algo que llamó su atención. Un poco más adelante el agua cubría todo el suelo y se movía en pequeñas olas, daba la impresión de ser muy profundo. Del mismo mar eterno salían más bloques rectangulares de piedra, todos de distintos tamaños y todos conectados entre sí por lo que parecía un frágil puente de tablones de madera; solo que en uno de estos bloques escondidos entre la niebla cada vez más denso se hallaba una puerta de madera con una luz encerrada del otro lado.
Con una mirada más decidida en su rostro Lautaro apresuró su pasó hacia ese lugar, era la única salida aparente que podían ver y no quería quedarse más tiempo en este extraño lugar por lo que la tomaría sin miedo. A su costado la mariposa negra volaba con la misma o quizás más energía que él.
Los tablones de madera del puente chirriaban con cada fuerte paso del pie descalzo del agente, pero el sonido se detuvo en seco cuando Lautaro también lo hizo. La densa niebla gris le abrió paso a algo, se trataban de los monstruos que protegían el Punto Nexo: aquellos seres humanoides de tres metros de alto, con brazos tan largos que los arrastraban por el agua y una cabeza sin rostro ahora estaban hechos totalmente de piedra y se movían lentamente arrastrando sus largas piernas como palos por debajo del agua.
Ahora sin ningún tipo de producto que pudiera sacar de los estantes las posibilidades de Lautaro para vencer a solo uno se redujeron drásticamente. –Sin nada en que apoyarme no creo poder ganarle a uno –se dijo tragando fuertemente saliva.
–Pero si estás conmigo, no te preocupes. Y vamos a la puerta –Sirio fue insistente en esa última parte y ambos lo hicieron. La puerta de madera debajo ver por debajo y entre sus grietas una fuerte luz del otro lado, cuando Lautaro llevó su mano al picaporte se percató de que estaba abierta por lo que solo tuvo que tirar y entrar.
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Editado: 26.01.2024