Capitulo 19: El final de un ciclo es el comienzo de otro.

El bosque del cerro se encontraba totalmente mojado por lo que fue la lluvia y sumado a que la única luz de la noche era la luna el portal de OCCET resaltaba fácilmente por todos lados. Manipulando el cuerpo de Lautaro Sirio hizo girar la cabeza para asegurarse de que Jade y Alejandro se estaban alejando lo más posible del lugar.

     Toda su energía restante fue hacia el cerebro para poder pensar que hacer en esta situación, el puente de Einsten Russell terminó de abrirse por lo que los agentes saldrían en cualquier momento. Antes de que Sirio pudiera activar la aplicación de su reloj la conciencia original del cuerpo se apareció como si de una figura fantasmal se tratara. –Tranquilo –intervino Lautaro–. Esta situación es fácil de superar, recuerda, ellos son agentes de OCCET y yo también. Solo hay que distraerlos y ganar tiempo para que los otros escapen y no puedan encontrarlos.

     –¡Esa es una excelente idea Lauti!

     –No me digas así.

     –¿Pero qué tengo que decirle…? –Antes de poder terminar esa importante pregunta la conciencia ya se había desvanecido <Creo que estoy empezando a conectarme mejor con él, nunca antes hubiera pensado que me ayudaría> con una sonrisa y más lleno de confianza el usurpador de cuerpos se sacó la armadura cibernética que estaba hecha añicos.

     Cuando volvió a concentrarse en el portal rectangular y anaranjado salieron los miembros de OCCET. La primera en salir fue la agente del departamento Trans-espacial, se trataba de una mujer de casi dos metros de alto con absurdamente grandes músculos en todo su cuerpo, estos parecían globos inflados a su máxima capacidad y puestos debajo de su piel y ropa.

     Por detrás la seguía un Operador, un joven chico delgado de cabello negro con corte de tazón, también tenía unos lentes circulares y su rasgo más peculiar era un girasol que salía de la punta de su cabeza. –¿De este bosque venia la señal? –preguntó la mujer.

     El operador, que era de la mitad del tamaño de su compañera, revisó su tablet una vez más. –Exacto.

     Llenando sus pulmones de aire y valentía Sirio 0032.1+1808 tuvo que acercarse, al hacerlo el sonido del fango del suelo lo delató. El operador se asustó y la agente se puso en posición de lucha. –Un nativo ¿Qué tan peligroso es?

     Los ojos debajo de los lentes circulares volvieron a caer en la tablet. –Se trata de un humano, no debería ser tan peligroso. Tú puedes encargarte fácilmente.

     Escuchar esas palabras provocó que la robusta mujer levantara su pecho en alto. –Pero por supuesto. –Sin embargo, cuando ella le dio un segundo análisis al nativo de esta realidad fue que se percató de algo–. Un Reloj Prometeus ¿Qué hace otro agente en esta realidad? ¿A qué departamento perteneces?

     Controlando los nervios se acercó un poco más y aprovechó bien ese tiempo para pensar sus palabras y no tartamudear, en la serie eso siempre delataba a los mentirosos. Otro detalle que él aprendió viendo series es que si las mentiras poseen algo de verdad entonces son mucho más creíbles, en este caso él no pensó que hiciera falta mentir. –Soy del Departamento Trans-espacial –agregó recordando lo que dijo la voz robótica cuando activó el reloj.

     Los dos agentes de OCCET que acababan de salir del portal intercambiaron miradas de confusión. –¿Por qué? ¿Qué haces aquí? ¿Dónde está tu Operador? –interrogó la robusta agente.

     Demasiadas preguntas de golpe hicieron que Sirio comenzara a preocuparse más, él esperaba que la conciencia volviera a aparecer para darle más ayuda, pero ese no fue el caso. –Ehm, debe haber sido un error de comunicación entre los miembros del departamento.

     Ambos compañeros dudaros un segundo de esa respuesta. –Es posible –agregó el pequeño chico con una flor en su cabeza–. La señal de Quinta Escencia se está alejando, apresúrate.

     Innecesariamente la mujer flexionó el brazo para hinchar aún más sus músculos y presumirlos. –En un segundo los traeré. –Antes de que Sirio pudiera decir algo para detenerla esta salió corriendo más rápido que cualquier persona o animal que el usurpador hubiera visto en este planeta.

     Entonces él se quedó sumergido en un silencio incomodo con el Operador quien no dejaba de observarlo. –De todas formas, esos errores de comunicación ya deberían estar resueltos hace tiempo. Si fueras del Departamento Inter-temporal lo comprendería, pero eso no fue lo que dijiste ¿Cuál es tu identificación?

     –Ehm…identificación. –La entidad de materia oscura recordaba que al activar el reloj este se había referido a Lautaro con unos números y letras, solo que no le había prestado atención en ese momento, no podía recordarlos <Lautaro por favor sal y ayúdame> rogaba inútilmente.

     –¿Y…?

     –Soy Lautaro –fue lo único que pudo contestar.

     –¿Disculpa? –el Operador solo quedó más confundido que antes por lo que volvió a revisar su tablet, actualizó el sistema y un cartel rojo con un signo de exclamación apareció. Sorprendido el chico presionó la pantalla y una segunda señal de Quinta Esencia apareció, y esta provenía de la persona que tenía delante.

     Por un segundo al chico debió parecerle que esto era un error, tenía un Reloj Prometeus, debía tratarse de un agente ¿Cómo podía emitir Quinta Esencia? Solo que rápidamente el Operador ató los nudos. – ¿Lautaro dijiste que eras? –La persona que tenía delante asintió–. Ah sí, te vi el otro día en la cafetería ¿Qué es lo que habías pedido?

     Aprovechando ese segundo que la otra persona necesitaba para pensar una mentira el Operador se apresuró en presionar un botón y el dispositivo con forma de webcam de la tablet emitió una luz que abarcaba todo el cuerpo de Lautaro y lo dejó paralizado. –Que extraño dos por uno. –Una segunda luz apareció de la misma webcam solo que esta se movió de arriba abajó analizando el cuerpo–. ¡Lo suponía! Tú eres a quien estamos buscando, generaste la Irregularidad en este Volumen de Hubble ¿Qué otros cambios estuviste haciendo maldito destructor de realidades? –Sa serenidad y tranquilidad del rostro del joven rápidamente se transformó en una ferviente ira.