Una tarde soleada, Sebastián y Tomás caminaban por el sendero de las colinas, conversando sobre historias del colegio y sueños futuros.
Sebastián notó algo distinto en la mirada de Tomás: un brillo suave, una atención más profunda de lo habitual.
“¿Lo estaré imaginando… o Tomás está viendo más allá de nuestra amistad?” —pensó Sebastián, con el corazón acelerado.
Tomás se detuvo, mirándolo fijamente y sonriendo tímidamente:
—Seb… me gusta hablar contigo así. Siempre me haces sentir comprendido.
Sebastián sintió que sus mejillas se calentaban, y una mezcla de esperanza y nerviosismo lo invadió.
“Cada palabra, cada gesto… algo está cambiando.”
#5276 en Novela romántica
#1969 en Otros
#398 en Relatos cortos
amor lgbt, amistad profunda y verdadera, valentía para expresar sentimientos
Editado: 27.10.2025