Entre colinas y secretos

Capítulo 31: Susurros en el viento

Una tarde fresca, Sebastián y Tomás caminaban por el sendero del lago, rodeados del aroma de la hierba recién cortada.
Tomás estaba pensativo, y Sebastián decidió romper el silencio:
—¿Estás bien, Tom? —preguntó con suavidad.

Tomás lo miró y sonrió ligeramente:
—Sí… solo que últimamente, cuando estoy contigo, siento algo diferente. Algo que no puedo explicar del todo.

Sebastián sintió que su corazón latía a mil por hora.

“Finalmente… él también siente algo.”

—¿Diferente? —preguntó, intentando sonar casual.

—Sí —respondió Tomás—. Me haces sentir… cómodo, feliz… y a veces extraño cosas que no puedo explicar.

Sebastián solo asintió, sonriendo, con un nudo en la garganta:

“Cada palabra tuya me acerca más a ti, Tomás.”




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