Entre colinas y secretos

Capítulo 33: Primeros sentimientos claros

Durante los días siguientes, Tomás comenzó a notar cuánto disfrutaba la cercanía con Sebastián.
Un gesto, una palabra, una mirada, y su corazón latía más rápido de lo normal.

Una tarde, mientras caminaban por las colinas, Tomás se detuvo y miró a Sebastián directamente:
—Seb… no sé cómo decir esto, pero… me doy cuenta de que me importas mucho más de lo que pensaba.

Sebastián sintió que el mundo se detenía por un instante:
—Tom… yo… —intentó hablar, pero Tomás lo interrumpió con una sonrisa cálida—. Solo quería que lo supieras.

Sebastián asintió, con lágrimas de felicidad en los ojos:

“Por fin… él también siente algo por mí. Todo este tiempo de espera, de silencio… valió la pena.”

Esa noche, escribiendo en su cuaderno, Sebastián anotó:

“El amor puede ser paciente, silencioso y lleno de dudas…
Pero cuando llega el momento en que ambos corazones lo sienten, todo cobra sentido.
Tomás también me quiere. Y esta vez, sé que estamos caminando hacia algo hermoso juntos.”




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