Entre colinas y secretos

Capítulo 35: Primer beso

Unos días después, mientras el atardecer pintaba el lago con tonos dorados y rosados, Sebastián y Tomás estaban sentados en su roca favorita.
—Sabes, Seb —dijo Tomás, acercándose un poco más—, no quiero que esto se acabe nunca.

Sebastián sonrió, con el corazón latiendo rápido.
—Ni yo, Tom… ni yo.

El viento movía sus cabellos, y Tomás se inclinó lentamente hacia Sebastián.
Sus labios se tocaron suavemente, primero como un roce tímido, y luego con más ternura y pasión.
Fue un beso que decía todo lo que las palabras no podían: amor, deseo, paciencia y felicidad contenida durante meses.

Cuando se separaron, ambos respiraban entrecortadamente, sonriendo con timidez y felicidad.

“Esto… esto es real. Tomás también me quiere. Por fin estamos juntos.”




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.