Entre colinas y secretos

Capítulo 41: Momentos de felicidad

Los días continuaban llenos de risas, paseos por el lago, tardes bajo la sombra de los árboles y conversaciones interminables.
Cada gesto, cada mirada, cada palabra los acercaba más.

—Seb… —dijo Tomás un día mientras recogían flores silvestres—, gracias por enseñarme que el amor verdadero vale la pena esperar.

Sebastián sonrió y apoyó su cabeza en el hombro de Tomás:
—Y gracias a ti, Tom… por demostrarme que la paciencia y la verdad pueden llevarnos a la felicidad.

Ese día, mientras caminaban por las colinas, Sebastián pensó:

“Por fin puedo estar con él sin miedo, sin dudas… solo felicidad compartida.”




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