Entre colinas y secretos

Capítulo 49: Amor consolidado

El invierno se acercaba suavemente a Inverbrae, y el lago reflejaba la luz de un sol bajo y cálido.
Sebastián y Tomás caminaban juntos, tomados de la mano, disfrutando del silencio que solo compartían ellos.

—Sabes, Seb —dijo Tomás—, nunca imaginé que el amor pudiera ser tan tranquilo, tan real.

Sebastián sonrió y apoyó su cabeza en su hombro:
—Es que este amor es nuestro… y por eso es perfecto.

Las risas y miradas cómplices llenaban cada instante.
Cada abrazo, cada gesto, cada palabra consolidaba lo que habían construido juntos durante meses.

“Nuestro amor ya no necesita palabras. Se siente en cada mirada, en cada roce, en cada momento compartido.”

Esa tarde, el lago y las colinas se convirtieron en testigos silenciosos de su felicidad, de la certeza de que juntos podían enfrentar cualquier cosa.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.