Después de la conmovedora confesión y el beso bajo las estrellas, la relación entre Cupido y Thanatos floreció. Sin embargo, lo que parecía ser un tiempo de paz y felicidad para los dos amantes pronto se vería alterado por la intervención de otros dioses. La intrusión de estos seres celestiales no era inesperada, pero el grado de su envidia y la forma en que se manifestaron tomaron a Cupido y Thanatos por sorpresa.
El Ascenso de la Envidia
En el reino de los dioses, donde los celos y las rivalidades eran tan comunes como la luz de las estrellas, la relación entre Cupido y Thanatos no pasó desapercibida. Aunque ambos eran poderosos en sus dominios, su amor y la conexión que compartían habían capturado la atención de varios dioses. Entre ellos se encontraba Eros, el dios del deseo, quien había observado la creciente cercanía entre Cupido y Thanatos con un creciente resentimiento.
Eros había siempre sido conocido por su habilidad para manipular los corazones de los mortales, y su propio sentido de competencia le hacía ver la relación de Cupido y Thanatos como una amenaza a su dominio y su influencia. Así, decidió que era el momento de actuar para restaurar su estatus y demostrar su supremacía.
La Primera Intervención
La primera señal de interferencia llegó en forma de un evento cósmico inesperado. Mientras Cupido y Thanatos estaban en una reunión privada en el jardín celestial, el cielo se oscureció abruptamente, y una tormenta de energía celestial comenzó a formarse alrededor de ellos. Relámpagos dorados y sombras oscuras danzaban en el aire, perturbando la paz que habían encontrado.
Cupido, alarmado por el fenómeno, se volvió hacia Thanatos. “Esto no es natural. Hay una presencia que está interfiriendo con nuestra paz.”
Thanatos, con su instinto agudizado, asintió. “Siento una energía que no reconozco. Prepárate para cualquier cosa.”
De repente, una figura apareció en medio de la tormenta, emergiendo con una majestuosidad intimidante. Era Eros, su presencia resplandecía con una intensidad que eclipsaba incluso la tormenta que había creado.
“Eros,” dijo Cupido, su voz cargada de desconfianza. “¿Qué haces aquí?”
Eros, con una sonrisa enigmática, respondió: “He venido a recordarles a ambos que no todos los corazones están destinados a ser unidos. Su relación ha capturado la atención de muchos, y no todos comparten su entusiasmo por ella.”
La Incursión en los Reinos
El primer ataque de Eros fue meramente un aviso, pero pronto se volvió más agresivo. Utilizó sus poderes para incitar conflictos en los reinos de Cupido y Thanatos, provocando una serie de problemas que desestabilizaron el equilibrio de sus dominios. Los mortales comenzaron a experimentar confusión en el amor, y las almas en el reino de Thanatos se volvieron inquietas y perturbadas.
“Eros no está jugando justo,” dijo Thanatos, mientras observaba el caos en su reino. “Está manipulando el equilibrio de nuestras responsabilidades para crear discordia y desconfianza.”
Cupido, preocupado por la situación, respondió: “Debemos encontrar una manera de detenerlo antes de que cause más daño. No solo está poniendo en peligro nuestra relación, sino que también está afectando a los que dependen de nosotros.”
El Consejo de los Dioses
Al darse cuenta de la magnitud del problema, Cupido y Thanatos decidieron convocar una reunión con otros dioses para abordar la crisis. Reunieron a una serie de deidades influyentes, esperanzados en obtener su ayuda para contrarrestar la influencia de Eros.
El consejo estaba formado por varios dioses y diosas de diferentes esferas de influencia. Entre ellos se encontraba Atenea, diosa de la sabiduría, y Apolo, dios de la luz y la profecía. La reunión se llevó a cabo en un majestuoso salón celestial, decorado con símbolos de poder y sabiduría.
Cupido, de pie al frente, explicó la situación. “Eros ha estado perturbando el equilibrio de nuestros dominios y manipulando a los mortales. Sus acciones están poniendo en peligro tanto nuestras responsabilidades como nuestra relación.”
Atenea, con su mirada aguda, respondió: “La envidia es una fuerza poderosa entre los dioses. Sin embargo, para enfrentarlo, debemos entender sus motivaciones y encontrar una forma de neutralizar su influencia sin causar más daño.”
Apolo, con una expresión de preocupación, añadió: “Debemos encontrar una manera de restaurar el equilibrio y proteger a los mortales y a las almas que están siendo afectadas. Esto no solo es un problema de relaciones personales, sino un problema que afecta a todo el cosmos.”
La Estrategia para Combatir la Envidia
Después del consejo, Cupido y Thanatos, con el apoyo de Atenea y Apolo, comenzaron a desarrollar una estrategia para enfrentar a Eros. La estrategia se basaba en tres frentes: restaurar el equilibrio en sus dominios, neutralizar la influencia de Eros y fortalecer su propia conexión para resistir cualquier intento de sabotaje.
El primer paso fue restaurar el equilibrio en los reinos. Cupido y Thanatos trabajaron arduamente para corregir las perturbaciones causadas por Eros. Utilizaron sus poderes combinados para restaurar el orden en el reino del amor y en el reino de las almas, apaciguando a los mortales y a las almas perturbadas.
Para neutralizar la influencia de Eros, organizaron un contrarritual con la ayuda de Atenea y Apolo. El ritual estaba diseñado para proteger sus dominios de la manipulación externa y para reforzar el vínculo entre ellos. La ceremonia requería una alineación precisa de energías cósmicas y una profunda conexión entre Cupido y Thanatos.
El Ritual de Protección
El ritual se llevó a cabo en un lugar sagrado, un templo antiguo donde las energías cósmicas se entrelazaban con la tierra. Cupido y Thanatos, con la ayuda de Atenea y Apolo, prepararon el espacio para el ritual, colocando símbolos protectores y realizando una serie de invocaciones para asegurar la protección de sus dominios.