Entre dicha y desgracia (un viaje llamado vida)

Capítulo VI

El vuelo de regreso a mi ciudad es rápido y algo extraño, parece que fue hace años que me marché y no sólo un par de meses.

El ruido y el ajetreo me resulta un poco extraño pero me adapto facilmente, sin perder tiempo empiezo el papeleo correspondiente para iniciar mi negocio, llamo a mi mejor amiga Elena quien es graduada en publicidad y administración con la esperanza de que quiera trabajar para mi.

La propuesta la hago cruzando los dedos pues ella se dedicó a la crianza de sus hijos, una vez graduada se casó y tuvo dos niñas hermosas, nunca ejerció pero sé con toda certeza que ella puede hacer el trabajo a la perfección.

Para mi sorpresa Elena accede rápidamente y me comenta que lleva un mes buscando empleo, resulta que durante mi ausencia su esposo la abandonó por otra mujer.

"Es la crisis de los 40 amiga, algunos hombres por miedo a la vejez buscan mujeres más jovenes que ellos para sentirse más vivos en vez de tratar de cambiar la monotonía del hogar que muchas veces ellos mismos establecen"

Comenta en tono amargo y yo evitó dar comentarios ya que nunca fuimos de contarnos en detalle nuestros problemas de pareja, siempre dejamos claro que entre dos un tercero sobra.

Luego de que se desahogara le comenté de que se trata mi negocio.

"Quiero elaborar joyería inspirada en la naturaleza, hice una investigación de mercado y realmente la joyería es una buena opción"

A través de una video llamada concluimos los detalles sobre el capital, pagos e ideas para el negocio dando inicio a todo. Me emociona que mis bosquejos se conviertan en fina joyería que será usada y exhibida por las personas.

Con el paso de los meses todo va viento en popa para el negocio, el papeleo esta listo, los contratos con los proveedores y joyeros están firmados, el lugar para la tienda ya está siendo decorado y mis bosquejos están siendo elaborados tal como los imaginé.

La felicidad no cabe en mi, por fin estoy haciendo algo que me gusta y que me dará el dinero para poder viajar tranquilamente, porque hay que ser realista, sin dinero no se puede viajar cómodamente.

Luego de unos 3 meses todo está listo y el negocio está abierto al público, para mi gran satisfacción las ventas online están dando gran resultado. 

Cosa que no me sorprende ya que puedes hacer los pedidos desde la comodidad de tu hogar.

Mientras más pasan los meses tengo un debate interno entre hacer un pequeño viaje o estabilizar mi negocio. Ganando la lógica decido esperar y trabajar, pero aún sin viajar acudí a un refugio y adopte a un pequeño perrito Pinscher que cojea en una de sus patitas, su antigua dueña le revento su patita con un golpe y no le dio la atención médica que necesitaba.

Así que ahora me encuentro aquí, coordinando mi negocio mientras cuido de un cachorrito un tanto temeroso.



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En el texto hay: historia corta, historias reales, historia humana

Editado: 27.03.2024

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