No sabía si Luciano realmente volvería a llamarme para salir juntos, algunos hombres simplemente desaparecen después de la primera cita pero por suerte ese no fue el caso. Después de un día de haber tenido nuestra primera cita recibo su llamada.
-Hola Elizabeth ¿Cómo estás? Ayer estuve ocupado en el trabajo y no pude llamarte, pero fiel a mi palabra te llamo para invitarte a una nueva cita ¿Quieres ir?-
-Hola me encuentro bien y espero que tu también estés bien Luciano. Sí, claro que me gustaría salir nuevamente contigo, pero cuéntame ¿A dónde iríamos?-
Pregunto ansiosa por ver cuáles son sus planes para está nueva cita.
-Me comentaste que te gustan los deportes y aventuras extremas así que pensé en un paseo en kayak ¿Que opinas?-
La idea me gusta y me parece un lindo detalle que recuerde las cosas que le comenté sobre mí, así que feliz y emocionada acepto su invitación.
-Me parece perfecto, nunca he subido en kayak y me emociona poder hacerlo-
-Perfecto te pasaré la información y los detalles del viaje por whatsapp. De momento tengo que regresar al trabajo pero estaremos en contacto, nos vemos hermosa-
Se despide y yo quedo feliz y emocionada por esta nueva experiencia que voy a vivir junto a éste hombre increíble, porque a medida que lo conozco me atrae más.
El tiempo pasa volando mientras anticipó mi nuevo viaje. Cada día recibo mensajes de Luciano preguntando como estoy, que estoy haciendo y si llegue bien a casa; es algo que realmente me encanta porque muestra interés por mí, mientras más conversamos más aumenta la confianza entre nosotros volviendonos más cercanos.
El día tan esperado por fin llegó y yo estoy sumamente emocionada, quedamos en reunirnos en el aeropuerto así que tomo un taxi hasta allí. Para poder llegar a nuestro destino tenemos que tomar un vuelo de una hora aproximadamente.
Debo admitir que extrañaba mucho viajar, ver el cielo desde un avión siempre me resulta fascinante por lo que el vuelo me resulta muy agradable.
Al llegar a la ciudad debemos seguir un poco más lejos por lo que viajamos en un auto de alquiler por media hora más hasta que logramos llegar al río donde nos reciben amablemente nuestros instructores.
Nos explican con paciencia lo que debemos y no debemos hacer al practicar canotaje. Una vez terminada la clase teórica me coloco el chaleco salvavidas y el casco de seguridad antes de subirme al kayak doble con la ayuda de mi instructor.
Veo como Luciano también sube al suyo y me regala una radiante sonrisa la cual yo correspondo con la misma intensidad.
Una vez que todos estamos en el kayak empezamos a remar. La sensación de ligereza con la que nos deslizamos en el agua es maravillosa, debo admitir que quizá si fuese solamente yo quien remara no avanzariamos mucho pues no tengo suficiente fuerza en los brazos como la tendría alguien que asiste a un gimnasio.
Aún así me esfuerzo en remar mientras observo todo el paisaje y disfruto de la experiencia al máximo, el lugar es hermoso, es un río con un agua cristalina y árboles frondosos, toda una belleza.
Poco a poco la corriente del agua nos hace avanzar más rápido, el movimiento del agua es un poco más brusco por eso en ocasiones creo que nos vamos a volcar pero no es así, mientras avanzamos el agua salpica mi cuerpo y la emoción me invade. La adrenalina empieza a recorrer mi sistema a medida que vamos adquiriendo mayor velocidad.
Aunque la corriente no es tan fuerte no puedo evitar inclinarme mal y volcar el kayak enviándonos al instructor y a mí al agua, entre los dos empujamos para voltearlo nuevamente y subirnos a el, esta vez terminamos el trayecto restante sin ningún tipo de inconvenientes.
Luciano y yo nos divertimos mucho, tomamos algunas fotos y luego después de cambiarnos en el hotel nos vamos a cenar algo.
-Mañana domingo estaré apoyando una actividad que realizará una fundación en la que ayudó ocasionalmente ¿Quieres ir conmigo?-
Pregunta de pronto Luciano en medio de nuestra cena, me agrada que quiera pasar más tiempo conmigo y me da mucha curiosidad que tipo de fundación puede ser.
-¿Qué tipo de fundación es?
-Se llama una mano amiga, es una fundación sin fines de lucro donde colaboro desde hace unos 2 años, ayudamos a niños de bajos recursos y ancianos que viven solos y no tienen ningún tipo de apoyo.-
-Me encantaría ir, por favor cuéntame un poco más al respecto-
-Un amigo es uno de los fundadores y a través de él conocí lo que hacían que básicamente es regalar comida, ropa, útiles escolares, artículos de uso personal entre otras cosas que vemos que les hacen falta. Realizamos rifas y utilizamos el dinero recolectado para comprar las cosas. Luego de un tiempo mi amigo me pidió hacer publicidad en mi Instagram ya que tengo muchos seguidores y gracias a eso muchas personas han decidido sumarse realizando donaciones-
-Que hermoso gesto, con gusto quiero ir y poder ayudar en algo- Respondo con entusiasmo al ver la mirada de satisfacción que tienen sus ojos, se ve genuino su deseo por ayudar a los demás y eso me parece un gesto muy noble, no todos se preocupan por los problemas ajenos y muy pocos hacen algo para ayudar.