Entre dicha y desgracia (un viaje llamado vida)

Capitulo XXII

Llevó alrededor de un mes en contacto con Luciano, de vez en cuando salimos por un café o  comemos uno algo cuando nuestros trabajos lo permiten, nunca imagine conocer a alguien tan maravilloso, con el tiempo descubrí que es un ser humano excepcional, es amable, atento, empático, inteligente y guapísimo; sus atenciones me han ido atrapando poco a poco por eso cuando recibo un ramo de flores en el trabajo no puedo evitar sonreír.

Nunca me habían regalado flores y me parece un gesto muy romántico de su parte, todas decimos que no somos románticas que no queremos detalles pero por dentro si lo deseamos, quizá no flores exactamente pero sí algo que demuestre su interés por hacernos felices, observo las flores por lo que parece una eternidad y sonrió aún más cuando encuentro una nota para mí entre las hermosas rosas blancas.  

Hola hermosa, espero que estés teniendo un gran día, hoy quiero invitarte a cenar a mi casa, entenderé si tienes planes pero realmente quiero verte, tengo algo importante que te quiero decir.

Besos para ti.

Luciano

Estoy sumamente feliz por el detalle pero también estoy intrigada por lo que tenga que decirme, realmente no tengo planes para salir pero después de ese gesto cancelaría todo para ir a verlo. 

No se como, no se cuando pero solo sé que me enamore de él, tal vez fue su amabilidad al ayudar a los demás o el interés que muestra por mi salud y mis gustos lo que me hace estar segura de ese hecho, no puedo simplemente ignorar esa vez que apareció con mi café favorito cuando íbamos a dar un paseo por el parque, escuchar la música que me gusta solo para saber cuáles son mis gustos y compartir eso conmigo, detalles que poco a poco fueron haciendo que mi corazón se acelere de solo pensar en él.

Al principio me resistí a la idea de amar por miedo a caer en una relación como la anterior porque muchas veces repetimos patrones tóxicos que nos llevan a personas equivocadas, pero una vez tuve ese pensamiento lo aparte de mí, comparar a Luciano con mi ex es un completo insulto son personas diferentes con pensamientos distintos.

Aún así temo estar idealizando a un Luciano que no existe, pero creo tener la madurez para identificar las banderas rojas cuando aparezcan. Por el momento no hemos hablado de tener una relación pero creo ha sido lo mejor, ésto nos ha dado tiempo para conocernos y ver si realmente vale la pena establecer una relación.

Una vez salgo de mi remolino de pensamientos le envío un mensaje de texto confirmando que asistiré a la cita, él se compromete a ir a buscarme a mi casa después del trabajo para llevarme a la suya. Estoy feliz de poder verlo nuevamente ya que estaba fuera trabajando, la curiosidad me come por dentro y no puedo hacer mas que contar las horas para ir a casa pero el día transcurre lento.

En el momento en el que llego a mi casa me baño y me arreglo lo más rápido que puedo para no hacerlo esperar ya que solo tengo una hora hasta que él llegue a buscarme. 

Y cómo esperaba, en una hora exacta está tocando mi puerta.

-Hola hermosa, estás preciosa- Dice mientras toma mi mano para besarla un gesto que me he acostumbrado a recibir de su parte.

-Ha pasado un tiempo, por cierto gracias otra vez por las flores me hizo muy feliz recibirlas-

-Es un placer hacerte feliz, si son flores lo que alegra tu día me encargaré de enviar muchas más- Promete y me pongo roja como un tomate, no se que decir al respecto.

Sonríe y toma mi mano cuando cierro torpemente la puerta para guiarme hasta su auto.

-La cena esta lista solo tenemos que calentarla, espero te guste lo que preparé para ti-

-No soy tan exigente como aparento, estoy segura que me encantara y ahora más al saber que invertiste tiempo en su preparación- Digo emocionada por todo esto, durante el camino Luciano toma mi mano algo que antes no hacía, siempre ha sido respetuoso y mantiene la distancia, sin embargo debo admitir que adoro el contacto.

Su casa es pequeña, dos habitaciones, un baño y una pequeña cocina con concepto abierto a la sala, paredes verdes cubren el lugar con muebles blancos que resaltan a la perfección.

Me siento en la pequeña mesa de vidrio mientras espero que se caliente la cena, Luciano preparo lasaña de carne acompañada de pan de ajo y una copa de vino tinto, toda una delicia, al parecer recuerda que amo este plato y por eso lo preparo.

-Cocinas delicioso, todo está muy rico- Lo elogio realmente impresionada por sus habilidades.

-Gracias, esa era la idea que te guste la comida, al parecer se logró el objetivo- Dice a modo de broma pero yo necesito saber para que me hizo venir hoy.

-¿Qué es lo que tenías que decirme? Muero de curiosidad.-

-Impaciente como siempre- Comenta antes de tomar mi mano por encima de la mesa.

-Eliza nunca lo he dicho directamente pero me gustas desde nuestra primera cita, decidí conocerte mejor antes de poder hacer esto pero quiero preguntarte ¿Quieres ser mi novia?, Deseo formalizar una relacion contigo- 

Mi corazón parece que va a estallar, escuchar esas palabras me hace inmensamente feliz, debo admitir que su petición me deja entre sorprendida y emocionada porque no sabía si solo me queria como amiga, nunca hubo contacto físico, ni caricias, ni besos, nada, ahora entiendo que es por respeto que no lo hacía. 



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En el texto hay: historia corta, historias reales, historia humana

Editado: 27.03.2024

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