Entre dimensiones. "La chica perdida"

Capítulo 2.

“ Extraños”

La finca de la familia Smith estaba adentrada en el bosque, nos desviamos por un camino que poco a poco se convertía en vereda, apenas con espacio para que el coche pasara; Era una casa grande con un jardín hermoso y cuidado que nos recibía justo al entrar, el salón principal tenía ventanales de vidrio que reemplazaban las paredes, era realmente acogedor pero no se encontraba ni una sola persona dentro de esa casona, otra cosa extraña.

-Bueno Lissa hemos llegado, espero que te guste- me dijo Meg mientras Martin sacaba mis maletas del coche.

-Es bastante grande y acogedora, pero ¿Dónde están tus padres?- en la casa reinaba la soledad, incluso podíamos oír el eco de nuestras voces en la parte trasera de la casa.

-Nos han avisado que llegarán hoy en la tarde o más tardar mañana- escuche la voz de Martin acercarse con mi maleta, -Por ahora puedes instalarte, Meghan se quedará contigo, yo tengo que ir a comprar algunas cosas, ¿Necesitan algo?- ambas negamos con la cabeza así que dejó mi maleta en el centro de la sala y se marchó.

-Te acompaño a tu habitación- dijo Meghan después de un incómodo silencio.

La habitación se encontraba en la parte de arriba, era bastante grande con un balcón de vista hacia donde iniciaba los condominios del bosque, Meghan me dejó sola para desempacar, en el armario había toallas y batas limpias, solo las hice a un lado para acomodar mi ropa, tampoco era como si hubiera empacado muchas cosas, solo estaría dos semanas, y ese armario era enorme; Después de terminar me tumbé un rato en la cama y al poco rato escuché los pasos de Meghan bajar silenciosamente las escaleras, me incorporé y por instinto me asomé a la ventana que daba al frente de la casa, Martin acababa de llegar y salía del coche con varias bolsas de supermercado, Meghan se reunió con él, intercambiaron algunas palabras para luego continuar sacando bolsas, igual no le di importancia, seguro que no pasaban mucho tiempo en la finca y a eso se debía el tener que comprar por lo menos lo básico, cuando terminaron con todas las bolsas cerraron el coche y entraron los dos juntos sumidos en una conversación casi en susurros.

Salí al balcón y entonces recordé que había prometido llamar en cuanto llegáramos, diablos, se me había olvidado por completo, gracias al cielo llegaba un poco de cobertura en donde estaba, pero me movía unos pasos y la perdía, así que tuve que hacer mi llamada a mitad del balcón; El teléfono de la casa sonaba, me imagine que a esta hora Ronha estaría descansando y no quería interrumpirla pero si lo dejaba para después probablemente se me olvidaría y la preocuparía más. 

-¡Lissa!, menos mal que marcas, empezaba a preocuparme- la voz de Ronha se escuchaba un poco melancólica, llevaba menos de medio día fuera de casa, y ella ya estaba angustiada,- pero bueno dime, ¿como estas?,¿está todo bien?, ¿qué tal el camino?- seguro que Ronha tenía muchas preguntas más, así que empecé a contarle todo lo más tranquilo posible, evitando aquellos pequeños detalles que me parecían un poco extraños, no quería preocuparla tontamente, tal vez solo era que estaba cansada y sumándole mi imaginación paranoica exageré un poco las cosas, ella pareció quedarse medianamente tranquila. Antes de despedirme de ella también le avise de los problemas de señal que tenía debido a la lejanía de la finca, y que no se preocupara tanto si no me comunicaba tan seguido. 

-Bueno mi niña, gracias por marcar, le diré a tu madre en cuanto llegue- me dijo Ronha, sabiendo que iba a ser difícil que yo les marcara a mis padres.

-Gracias Ronha y besos para ti, espero que no me extrañes mucho- le dije en tono bromista tratando de desviar la conversación del asunto de mis padres, aunque Ronha estaba siempre de mi lado también trataba de hacerme entrar en razón e  intentar que me acercara de nuevo a mis padres; Nos despedimos y colgué, me quedé un poco más en el balcón, contemplando la infinidad del bosque,  aunque aún era temprano el sol se volvía perezoso haciendo de sus rayos débiles y apenas visibles para percibir que estaban presentes, me esperaban unas vacaciones tranquilamente nubladas, alejadas del imponente calor del verano al que me había acostumbrado.

Decidí bajar para buscar a Meghan, la encontré en la cocina con Martin “cocinando”, aunque parecía que habían comprado comida rápida.

-Oh Lissa, estaba apunto de ir a llamarte, me preguntaba si no querías comer algo- dijo Meghan en cuanto me vio aparecer. 

-Claro, ¿Qué han preparado?- les pregunté siguiendoles la corriente, era obvio que la cocina no era su especialidad.

-Bueno la verdad es que hemos comprado lasaña- dijo Martin mientras enseñaba una bolsa de un restaurante Italiano- espero que sea de tu agrado.

Solo asentí, nos sentamos en el pequeño comedor de la cocina, mientras comíamos se sentía un silencio incómodo y me replantee la idea de volver mucho antes de lo planeado a casa, las cosas no estaban resultando como las había imaginado, yo era una completa extraña entre ellos dos y ellos para mi, aunque pensé que conocía al menos un poco de Meghan, me había equivocado.

-Y- decidí romper el silencio-¿Qué planes hay para mañana?- bueno ya estaba aquí, no podía simplemente regresar a casa sin haber intentado pasarla bien.

Ambos se quedaron en silencio mientras compartían miradas que no lograba interpretar, quería interrumpirlos para saber de qué se trataba su silencio, pero de repente Meghan decidió hablar.

-La verdad Lissa, queríamos pedirte un favor- mi única respuesta fue un asentimiento, la verdad es que no podía imaginarme que clase de favor podría hacerle, entonces ella prosiguió, - Bueno, más que un favor a nosotros es para un amigo, y no sabemos cómo plantearlo sin que suene como una locura.

-Ok, supongo que solo dilo- intentaba sonar tranquila, pero la verdad esto era la cereza del pastel en cuanto a cuestiones raras referentes a esta persona.




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