Entre dos corazones

Capitulo 4

Llegué a mi casa y estaba sola como siempre. Me fui hasta mi habitación para bañarme, fué una ducha tan relajante de casi una hora. Salí, me seque el cabello y me puse algo cómodo que consistía en un pijama. Ya que no pensaba salir a ningún sitio. 

Cuando terminé de vestirme, escuché mi celular sonar y cuando miré la pantalla ponía desconocido. 

Decidí no coger el teléfono, ya que no sabía quien me llamaba y... ¿sí es un secuestrador o algo así? Lancé el celular a la cama y en eso me llega un mensaje. Creo que es del mismo número que me llamó minutos antes. 

Numero desconocido:

—Soy Pedro disculpa, sólo te llamaba para preguntarte sí estabas ocupada y por sí querías dar un paseo —Este tipo como que está medio loco sí cree que yo soy de esas fáciles las cuáles él se liga, pues se equivoco conmigo... 

Yo:

—¿Qué quieres? Yo no pienso salir contigo a ningún lado ¿que pretendes? ¿quien te dio mi número? —Le guardé como Pedro el estupido en los contactos. 

Pedro el estupido:

—¿Por qué preciosa? ¿Por qué no quieres salir conmigo, que te hice yo? y con respecto a tú número yo tengo contactos cariño —¡Esto es increíble, viene con sus palabras lindas para qué yo caiga, pero yo no soy tan tonta como él piensa!

Yo:

—¡No soy preciosa y no me llames cariño que no soy nada tuyo! Y por favor hagamos como que no nos conocemos y que nunca nos conocimos —Estoy cansada de los tipos como él, yo sueño con un hombre fiel, sincero y amoroso. No como él, que se ve que hace sufrir a todas las chicas qué se le atraviesan por el camino. 

Pedro el estupido:

—¿Pero que hice para que me trates así? ¿No eramos amigos adrielis? Bueno está bien, no te molestaré más disculpa —Al instante me sentí mal por qué al parecer le dolió que le hablase así, pero no me puedo controlar... 

Yo:

—¡Lo siento, no debí hablarte así! pero es lo mejor, adiós —Me siento mal, tengo ganas de llorar, pero no lo haré y menos por él. 

No recibí más respuestas, así que me dedique a dormir. Me desperté por el sonido del despertador —¡Cómo odio ese despertador! —Grité porque me despertó. Me sentía descansada pero me molesta que me despierten. Cuando miré el reloj eran las 6:30 a.m 

—¡Wow! He dormido como doce o trece horas. Rompí un récord, me fui a bañar, me cepille los dientes y me vestí con un pantalón jean verde y una blusa blanca con mis convers negra. Agarré mi mochila, mi celular y bajé a desayunar. 

Mi padre no estaba, así que me preparé dos panes con queso y jamón y una coca cola. Me senté para comer y disfrutar de mi desayuno. Cuando terminé me fui al colegio, como todos los días voy caminando. Cuando llegué vi a lo lejos a mi mejor amiga con las otras chicas nuevas. Empezamos a hablar, en eso sonó el timbre y nos fuimos cada quien a su clase. Pude divisar a lo lejos a Pedro, sé le veía triste, no se por qué, pero no iré ha averiguarlo y decidí seguir mi camino. 

Ya en clases las horas se pasaron volando, me encontraba en la cafetería con mis amigas conversando y les comenté sobre lo que sucedió con Pedro el día anterior. Me preguntaron que por qué reaccioné así, sí el es sólo un amigo y yo contesté con un simple no sé. 

¡Creo que ese chico me está gustando y no sé ni como ni por qué!



#12380 en Joven Adulto

En el texto hay: accidente, pleitos, dos amores

Editado: 30.10.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.