Adrielis
Siento personas a mi alrededor, tengo deseos de abrir mi ojos, pero algo me lo impide, el cansancio no me permite que los abra. Me siento aturdida, hago otro esfuerzo y... Si, los abrí.
Visualizo al doctor, observando una pequeña libreta que cuelga de sus manos. Trato de llamar su atención, moviendo mis manos de lado a lado.
Lo observo levantar su mirada hacia mi. Es un señor de no menos de cincuenta años, con su pelo entre canoso y negro, ojos marrones, cejas pobladas, ceño fruncido, sus labios están entre carnosos y arrugados, nariz refinada...
—Hola bella durmiente —dice el doctor, interrumpiendo mis pensamiento.
—Doctor, ¿Qué tiempo llevo dormida? —le pregunto.
—Solo llevas tres días, claro después de que habías despertado. Te dio un paro, y por esa razón volviste al coma, pero ya estarás mejor. Veo que todo esta bien —me dice, revisando una pequeña maquina a mi lado derecho.
—¡Oh Dios! —exclamo —Gracias doctor, por ayudarme y salvarme —Continuo algo agradecida.
—Esta bien, no tienes que agradecer, es mi deber como medico salvar personas —me dice —Ahora te dejo, iré a avisarle a tus familiares que ya despertaste los pobres han estado sufriendo bastante por tu salud —me termina de decir. Yo solo asiento, mientras veo como abre la puerta y desaparece de mi vista.
¿Cómo estarán mis padres y mis amigos? Pedro entre ellos, Estefani ¿Cómo se encontrará en estos momentos? ¿estará mejor?
Los extraño a todos...
—¡Adrielis! ¡Despertaste!, amiga no sabes cuanto te hemos extrañado —exclamó Cindy con lágrimas en sus ojos. mientras me llena de besos y abrazos, y no solo ella, todas me abrazaron entre ellas Estefani.
Veo a Scott observarme desde la puerta, con un hermoso oso peludo, unas hermosas flores rojas y una caja, alcanzo a ver en sus ojos unas lágrimas caer por sus mejillas y perderse por el cuello de su camiseta. Le hago señas con mis manos para que se una a nuestro abrazo, al segundo lo tengo encima junto a mis amigas.
—¿Cómo te sientes Adrielis? Espero nunca nos vuelvas a dar otro susto como ese —me dice Scott o mas bien me pregunta.
—Estoy bien, no se preocupen. Y no, no creo volver a darles otro susto como este —les digo. En ese instante entraron mis padres...
Mi madre es la primera en verme y se me lanza encima con un enorme abrazo mientras llora con gran estruendo lágrimas gotean de sus hermosos ojos y eso me duele, no puedo verla así y lloro junto con ella, trato de calmarla, mi padre también llora pero logra sobreponerse rápido y le da consuelo a mi madre...
—Hija creí que te perdía, y creo que si eso pasa me muero —logra decirme entre sollozos mi madre.
—Nunca me perderás, oyeron eso nunca me perderán, y eso va para todos —les dije a mis padres y amigos.
De hay el tiempo pasó entre llantos, risas, abrazos y platicas de lo que ha pasado mis amigas me dijeron que Pedro a venido a visitarme muchas veces y que hoy justamente estuvo aquí, que se había ido y luego regreso, pero solo duró segundos y volvió a marcharse. Que estaba actuando bastante extraño el día de hoy.
En eso observe hacia la puerta y vi como entraba alguien con unas hermosas margaritas pero su rostro no se podía ver, segundos después las flores fueron bajadas, y detrás de ellas se encontraba ...