Entre dos mundo paralelos | Entre sueños #1

CAPÍTULO DOS

CAPÍTULO DOS

NATALIE

ACTUALIDAD.

Desde que Daisy me había dicho que no estaba respirando, me preocupé. No era un sueño normal, fue distinto… real. Sí, muy real, es como si hubiera estado consiente y no durmiendo; recuerdo absolutamente todo lo que pasó, incluso los pensamientos que tuve en ese preciso instante. Por lo que decidí al día siguiente no dormir en horas de trabajo y a eso, los días siguientes fueron siendo lo mismo y rutinario, muy aburrido.

Al regresar a casa, me encuentro con un pedazo de papel del casero explicando que fui desalojada de la casa; me volteo hacia atrás y observo mis cosas están tiradas por la acera. Corro levantando todo lo del suelo: Mi ropa, mis maletas, mis dos cuadros que en una sale Daisy y otro mis papás. Abro la billetera que está tirada junto con una caja de ropa y no tengo nada; el muy idiota me ha robado todo el dinero que había ahorrado para mantenerme.

De repente comienza a llover y bufo de frustración mientras acelero a recoger mi ropa. Agarro algunas cosas más que sirven en la mano y me voy a una tienda que tenga sombrilla, pero no sirve de mucho porque estoy helada, mojada y temblando del frío. Me siento en el suelo a esperar que acabe la lluvia.

Me siento un desastre en el estado en el que estoy, agarro con más fuerzas mis cosas mientras un nudo en la garganta comienza a formarse.

Un hombre con sombrilla negra se acerca dándome otra sombrilla del mismo color, lo observo entre las gotas de lluvia, pero no visualizo su rostro. Niego con la cabeza al hombre de saco negro, pero este me insiste en que agarre la sombrilla, por lo que lo hago mientras lo abro. Quiero agradecerle, pero este comienza a mirar al frente para comenzar a caminar con más velocidad.

Una sensación de alivio se forma en mi pecho mientras lo veo irse. ¿Quién eres? Me pregunto.

Pero no obtengo respuestas. Y simplemente me lo guardo mientras recojo mis cosas del suelo y camino hacia la casa de mi mejor amiga.

La única que me recibiría a estas horas de la noche.

****

Apenas toco la puerta, esta abre preocupada.

—¡¿Se puede saber donde mierda te quedaste durante toda la tarde?! —dice mi mejor amiga al verme empapada y claro que debe de estarlo cuando piso su casa dejando rastro —Además tenías una sombrilla a la mano…

—La sombrilla lo tuve después de quedarme así, Daisy, así que no ha sido para tanto… —digo, pero ella no me hace caso, a cambio, me entrega una toalla para envolverme en todo el cuerpo.

—Ve al cuarto de invitados, ya es tarde. Mejor cámbiate de ropa

Observo el reloj que se encuentra en la pared de mi costado y lo entiendo. Son la una de la madrugada. Le hago caso y voy en busca de ropa limpia, me cambio y me echo en la otra habitación, a ese dichoso “cuarto de invitados” que lo llamamos, aunque la realidad es una habitación de depósito. Me hago a un costado mientras separo algunas cajas y tiro el colchón para por fin echarme a dormir. Cierro los ojos con la esperanza de poder dormir un poco pero no funciona, me acomodo un poco y tampoco; me volteo hacia el otro lado, pero algo en mi cabeza no me deja y pienso en el celular, pero la simple idea de tener una luz encendida me quita las ganas, por lo que me levanto en busca de mi celular y reproduzco la playlist que hace unos días atrás comencé a crear.

Este dando inicio a la melodía de Conan Gray en Forever With Me y procedo a cerrar los ojos mientras escucho la letra, siento la melodía inicial y así... lentamente… caigo en el sueño mientras duermo.

Llevándome a la ver a mi otra yo mientras duermo.

Uno en donde no podré moverme, pero sólo puedo mirar.

“Tengo que ser buena chica, tengo que ser buena chica”, me repito mientras camino hacia mi nuevo hogar. He tenido que dejar a mis padres para vivir más cerca de mi universidad y quizás algunos se sientan mal por tomar esa decisión, pero yo no, mis padres realmente querían que me independizara y conociera a más chicas de mi edad sin tener que prohibirme, porque sabían que lo harían estando yo en casa. Aunque una pequeña parte de mí se sentía raro convivir con otras chicas, pero mi intención principal es estudiar. El resto sería secundario en mi vida.

Pero aún así… debía de ser buena chica. Agradarles para que no me molesten, para que no…

No. No debo de recordar el pasado. Es un tema del pasado –me digo mentalmente.

Tomo una respiración profunda antes de ingresar la llave de mi nuevo hogar. Los nervios me entraron de pronto cuando abrí la puerta, por lo que la cierro con la misma apenas entro, me volteo con más nervios, pero fue cambiado a una reacción de sorprendida y susto cuando vi a dos chicos sin camiseta con la misma expresión que la mía. Las llaves se me caen cuando nos escuchamos gritar en alto.

—¡¿Qué hacen aquí?! —digo al percatarme que no son dos chicas, sino chicos. ¡CHICOS SIN CAMISETA!

—¡¡Vivimos aquí!! —dicen con el mismo sentimiento ambos chicos.

—Mis padres ya pagaron… no puedo hacer nada… —miro a los dos chicos que me miran decepcionados de pronto y entonces me fijo un poco más en ambos.




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