LA USURPACIÓN
Primera Parte
“El demonio del mal es uno de los instintos primeros del corazón humano.”
—Edgar Allan Poe
Virginia se reincorpora, está en una habitación, todo le da vueltas, sus ojos no distinguen bien, todo se ve borroso, cuando gira su cabeza a la derecha, ve un rostro que empieza a aclararse, es el de Dorian…
Me molesta la luz—inquirió Virginia tapándose los ojos con la mano
Por fin despiertas suspira aliviado—Sigh—
¿Dónde estoy? —pregunta Virginia
¿No lo recuerdas? —Inquirió Dorian—estas recluida en la clínica de nuevo.
Mmm no¡¡, no recuerdo, creo que me quedé dormida en la bañera—exclamó tratando de inclinarse en la cama…
No Virginia ¿De qué hablas? Anoche saliste del baño y te desmayaste estábamos cenando, te levantaste de la mesa para ir al baño y luego de salir te desmayaste, ingeriste un calmante, ¿Lo recuerdas? —inquirió Dorian arrugando la frente…
Virginia puso cara susto—pero…pero… yo estaba en la bañera, ¿Por qué estoy en una clínica? Solo tome un calmante, ¡no es para tanto¡, hablas como si hubiera atentado contra mi vida? Y no es así ¡— Virginia se altera un poco e intenta sentarse, pero Dorian trata de calmarla y forcejea un poco con ella.
Ya basta ¡— exclamó Dorian perdiendo la paciencia.
Ya ella había notado que había regresado a aquella realidad que tanto detestaba, miraba para todos lados la habitación…
Otra vez aquí, ¿por qué? ¿por qué siempre regreso aquí? Quiero permanecer en aquel mundo, no aquí, quiero mi otra vida, ¡no quiero estar aquí ¡—Virginia tenía todos estos pensamientos agobiantes mientras respiraba con dificultad.
Por favor cálmate ¡— exclama Dorian—estas confundiendo las cosas ¡estás delirando ¡—sentenció
No ¡No ¡no estoy delirando nada ¡No quiero estar aquí contigo ¡no quiero¡, ¡quiero regresar a donde estaba ¡—Virginia no paraba de repetir incansablemente la misma frase, mientras Dorian la soltaba y pasaba sus manos por su rostro tapando su boca…
¿Regresar? ¿regresar a dónde? —inquirió Dorian
El médico a cargo entró a la habitación ordena suministrar algo para calmarla un poco…
Es mejor que deje a la paciente descansar —inquirió el médico…
Afortunadamente lo que ingirió no tuvo consecuencias graves, la mantendremos en observación, por ahora es mejor que se retiren para dejarla descansar—exclamó el doctor.
Dorian se retira de la habitación para dirigirse hasta el cafetín donde estaban los padres de Virginia y Vivian, mientras camina por los pasillos de la clínica vibra su teléfono, toca su bolsillo y saca su celular…
¿Dónde estás? Necesito estar a solas contigo
Ya despertó, el médico ordenó dejarla descansar, ya voy saliendo de la habitación—Fin del mensaje.
Dorian toma el ascensor y vuelve a guardar el celular en el pantalón, mantiene la mano en el bolsillo derecho y se echa un vistazo al espejo, mira su cabello cenizo y lacio, pasa sus dedos hacía arriba para peinarlo un poco, mira su camisa entallada color azul marino acomodando un poco el cuello y el suéter gris claro que la cubría el cuál dejaba marcar un poco sus bien formados brazos, lo huele un poco para cerciorarse de que aún conservaba el olor a colonia, vuelve a guardar las manos en los bolsillos y camina hacia la cafetería.
Tu hermana está actuando muy extraño desde hace unos meses para acá, olvida cosas que hace o dice, habla de ti como si estuvieras muerta, de nuevo esta alucinando, no está bien, está confundiendo las cosas, si continúa así debemos internarla en algún lugar— sentenció Mónica
—Madre lo sé¡¡, todo se acentúo más desde qué regresé, seguramente insiste conque en que Dorian y yo somos amantes, buscaremos un especialista para que tú y mi padre estén más tranquilos, pensé que esta situación no se presentaría de nuevo—sigh—Vivian suspira—mi padre fue a reunirse con uno de los psicólogos del hospital así que quédate tranquila—exclamó Vivian.
Ya despertó, esta confundida de nuevo—inquirió Dorian mientras tomaba una silla y se sentaba en el cafetín junto a Mónica y Vivian.