Entre el amor y el dolor (1)

4- Mi castigo por ser idiota

NARRA LA HISTORIA YANA

Han pasado seis años desde que terminé con Edgar, me dolió mucho haber tenido que comenzar mi vida sola, sin él, me dolió, tanto que no fui capaz de aparecerme hasta ahora en la ciudad, cuando terminamos me fui para la casa de una tía que vivía a unos kilómetros de la que era nuestra casa, pero ella sabía que no podía darle pistas mías a nadie y así lo hizo, dos meses estuve con ella en su casa y después decidí marcharme, me marché del país, estaba tan asustada, tan destruida, que en el mismo país que él me asfixiaba y me fui sin decirle a nadie, nadie me ha vuelto a ver hasta hoy.

Estoy aquí, después de seis años, seis años y seis meses, el mismo tiempo que pase con él, decidí también pasarlo lejos de él y aquí estoy sentada junto a mi madre, llorando de felicidad porque después de tantos años por fin volvimos a vernos, ella supo de mi todo el tiempo, yo la llamaba, le mandaba fotos y hacíamos videollamadas todo el tiempo, pero aún así, la necesitaba.

-Aún no lo puedo creer -dice mi madre desviando su atención de mi

-Pues creelo, aquí estoy, contigo -le dije y ella negó

-No me refiero a ti, dijo señalando a quien estaba entrando por la puerta de la habitación y justo en ese momento me giré para ver a quien se refería

-Mamá, mira lo que me regaló la tía Anita -me dijo mi pequeña corriendo a mis brazos con un oso de peluche entre sus manitas pequeñas

Ahí entendí a quien se refería mi madre, ella no podía creer que yo tuviera una hija

Elisa, así se llamaba mi pequeña, tenía cinco años y era lo más preciado que tenía, ella lo era todo para mi, mi vida cobró sentido cuando descubrí que la llevaba en mi vientre

-¿Es hija de Edward verdad? -me pregunta mi madre, pues mi hija fue toda una sorpresa cuando llegué, porque nunca se lo había comentado cuando hablábamos y bueno Edward es mi esposo desde hace dos años

-No -negué con tristeza -por desgracia su padre falleció, tuvimos un accidente por descuidados y falleció, y por favor no me preguntes nada más, él es un tema que no me gusta hablar, duele recordarlo y siento nunca haber contado esa parte de mi vida pero dolía y por eso preferí nunca decirlo

-Lo siento -se lamentó mi madre

-Ya pasó hace años, pero igual prefiero no hablar de eso -le dije con sinceridad

-¿Te acuerdas de Edgar verdad? -me preguntó mi tía Anita y en ese preciso momento sentí que algo dentro de mi se quebró, pero no lo di a entender

-Si, lo recuerdo -confirmé -¿Que pasó con él?

-Se mudó a otra ciudad porque está reconstruyendo la casa donde ustedes vivieron, ahora vive a diez horas de aquí en coche -me informó -y tuvo un niño, hace dos años nació

-Me alegro por él -dije y no se si en realidad me alegraba o me daba tristeza

-El pregunta por ti a veces y le digo que estás bien, lo que nunca le dije donde estabas -confesó mi madre

-Y no lo hagas, y tampoco le digas que vine, ni que estoy casada, ni que tengo una hija -le dije y ella aceptó

Estuve un mes con mi familia y después volví al país que se había vuelto mi refugio después que mi relación terminó

NARRA LA HISTORIA EDGAR

Ya hace seis años y seis meses desde que mi relación con Yana terminó, la extrañé por mucho tiempo pero después me acostumbré a vivir sin ella y comencé mi vida con Alba, decidí darle paso a un nuevo sentimiento, tuvimos un niño, ya tiene dos años y nosotros hace un año terminamos, no se si fue un castigo por lastimar y engañar a Yana pero ella me dejó por otro y resulta que llevaba tres años mintiendome la muy condenada.

Actualmente estoy solo, pagando mi castigo, por haber sido un canalla con un ángel de mujer, me costó tan caro que aún pago las concecuensias

Fin del cuarto capítulo

¿Creen que Edgar merece todo lo que le pasó?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.