Estaba en la Sala de espera, todo era mi culpa, por mi culpa Paula estaba mal no debí haberla presionado tanto, pero que es lo único que me hace alejar de ella esa mujer esta logrando muchas cosas en mí. Había dicho que era su esposo para hacerme cargo de todo.
El doctor se acercó después de una hora de esperar información.
Miguel- Doctor como esta Paula?-dijo preocupado, no podía negarse a sí mismo esa mujer le importaba y mucho.
Doctor- Tranquilo señor su mujer esta estable, tiene la hemoglobina baja al igual que tiene anemia,en estos momentos esta comiendo ya que nos platicó que no había comido casi nada el resto del día y por eso el desmayo-miguel asintió aliviado pero no podía dejar de sentirse culpable- La dejaremos en observación por esta noche deberá de ahora en adelante sin saltarse las comida.
Miguel asintió le dio la mano al doctor y le agradeció, una enfermera lo llevó a la habitación de Paula, con cierto nerviosismo y vergüenza entró después de todo era su culpa, ella lo miro con una mirada indescifrable, acababa de comer.
Miguel - Como se siente? -dijo jugando con sus manos.
Paula- Bien Señor cano lamento que haya tenido que traerme aqui, ya me dijeron que soy la señora Cano? -Miguel la Miró con una media sonrisa.
Miguel- lo siento, lo dije para hacerme responsable de usted-No quitaba su mirada de ella como así como estaba se veía hermosa, había llamado del teléfono de Paula a su mamá y está quedó en venir. El celular de Paula vibró era su madre contestó bajo la mirada de ella.
Miguel- Es su madre le avise que esta aquí voy por ella-Paula asintió mientras veía como desaparecía por la puerta.
Fátima venía con su Nieto en brazos estaba angustiada por su hija le preocupaba su salud, siempre Paula se enfermaba de pequeña, Arturito venía despierto en sus brazos, Miguel la reconoció por el niño quién le sonrió y estiró sus brazos hacia donde estaba él.
Arturito-Papi! -exclamó entre balbuceos, Fátima miro a quién se dirigía.
Miguel se acercó su corazón latía desbocado al ver a ese niño - Mucho gusto señora Miguel Cano soy el jefe de su hija-le extendió la mano y esta le correspondió el saludo.
Fatima- Encantada -esbozo una media sonrisa- Como esta mi hija? -dijo aún preocupada.
Miguel le explicó todo ya no era hora de visita así que convenció al doctor para que dejará entrar a su madre para que viera el Estado de su hija, pero al bebé no lo dejaban pasar.
Miguel se ofreció a cuidarlo- Yo lo cuido señora Fátima, no es la primera vez que veo a este amiguito -dijo haciéndole mimos, no fue difícil que el niño se quedará con él pues quería que Miguel lo alzará desde hace rato.
Miguel vio a la señora perderse por el pasillo se sentó con el bebé- Amas mucho a tu mami campeón? -dijo y el río mientras le tocaba su rostro y ahí estaba otra vez esa sensación como si lo conociera de toda la vida.
Arturito- mami ama-balbuceo- Papi! -y otros vez le volvió a decir esa palabra que hacia por una parte sentirse feliz, alguna vez había deseado ser papa.
Miguel se puso a jugar con él, hasta que se quedó dormido en sus brazos, una enfermera iba de paso cuando se detuvo.
Enfermera- Con todo respeto señor pero se ven muy tiernos padre e hijo -dijo con una sonrisa, que Miguel le devolvió al verla desaparecerse.
Miguel sonrió- Increíble todos piensan que eres mi hijo -dijo observandolo dormir en sus piernas- Quién será tu padre Campeón?, y porque los dejó, es un idiota tu mamá es muy hermosa ,aunque me haya portado como un patán con ella-dijo acariciandole el cabello Negro del niño.
Fátima entró y vio a Paula estaba despierta aún, se acercó.
Paula- Mamá - dijo y se abrazaron.
Fatima- Bendito sea al cielo estas bien Mi amor, me asuste cuando tu jefe me dijo lo que pasó vine lo más rápido posible-dijo preocupada- Cielo no puedes pasar el día sin comer.
Paula- Lo se es que no tuve tiempo ya sabes.
Fátima- Pues tendré que hablar seriamente con tu jefe-dijo seria- No es justo que por estar cumpliendo sus órdenes pongas en riesgo tu salud hija tienes un hijo él cuál necesita a su mamá sana- Paula negó.
Paula- No mama-le tomó la mano rogandole- No lo hagas, estoy bien prometo cuidarme, con quién dejaste a mi angelito?, quiero verlo.
Fátima sonrió- Lo dejé con tu jefe tal parece que arturito lo adora sus Ojitos brillaron cuando lo vio y hasta le dijo papá-dijo y Paula la miro asustada.
Paula- No puede ser - dijo frustrada- Mamá hay algo que debo contarte- le tomó la mano respiro profundo antes de confesarle su más grande miedo- Ese hombre que tiene a mi hijo en brazos, mi jefe, es él padre de arturito-solto más aliviada sentía como se quitaba un peso de encima, su madre la miraba sin palabra alguna sorprendida por su confesión.
Fátima- Ese hombre es el papa de Arturo? -Paula asintió- Y él lo sabe porque mira Paula Arturito lo llama papá.