Solté un suspiro entrecortado llevándome una mano en el pecho.
─ ¡Maldita sea, Aron! ¿Qué haces parado ahí como un psicópata?
Aron miro con expresión neutral, parpadeando lentamente.
Bostezando respondió─ ¿Psicópata? Solo vine a buscar agua… ¿y tú que haces despierta a esta hora?
─ Me desperté con hambre─ suspiro tratando de calmarme─ Pensé que eras… otra cosa.
Aron frunció el ceño, pero no preguntó más. Camino hacia la cocina sin decir nada. Lo seguí con la mirada, aún con el corazón acelerado. Algo en la forma en que apareció me dejo un mal sabor, como si… como si por un momento, antes de verlo bien, realmente no hubiera sido él.
Intente sacudirme la sensación. Me concentre en mi plato, en la televisión, en cualquier otra cosa que me distrajera.
Pero cuando Aron pasó de nuevo subiendo las escaleras para irse a su habitación no pude evitar mirarlo de reojo y juraría que por un instante, su sombra en la pared era más grande de lo normal y más oscura.
Después de terminar con la pizza, apague la televisión y subí a mi habitación. El sueño me venció rápidamente, pero la sensación extraña no desapareció del todo. Me desperté varias veces en la madrugada con la sensación de que alguien me observaba… pero cada vez que abría los ojos, la habitación estaba en silencio, igual que siempre.
Finalmente la mañana llego el despertador sonó, el sol tenue filtraba por las cortinas cuando el aroma a café y pan tostado me termino de despertar del todo. Me desperece, fui al baño a lavarme y a cambiarme la ir al instituto, baje las escaleras todavía algo adormilada.
En la cocina mis ya padres estaban sentados, me sorprendió ver de nuevo a mi padre en el desayuno. Mi madre, sirviendo café, mi padre leyendo el periódico, Aron estaba ahí también, medio encorvado sobre su taza de café y con el teléfono.
─Buenos días cariño. ¿Dormiste bien?─ pregunto mirándome con una sonrisa
Dude un segundo antes de asentir, no tenía ganas de hablar sobre lo que sentido anoche.
─ Sí… me quede dormida enseguida.
Me senté y me serví un poco de café, el desayuno parecía transcurrir con normalidad, pero no podía sacarme esa sensación extraña de encima. Miro de reojo a Aron. Él estaba con el teléfono como si nada le preocupara.
<<Que suerte>> dije para mí, quisiera estar así sin sentirme rara, sin preocuparme ni nada.
Recordé la imagen de el en el pasillo anoche, la forma en que su sombra parecía ser se me revolvió el estómago.
─ ¿Tienes turno en la cafetería hoy, cariño?─ pregunto mi padre sin apartar la mirada del periódico.
─ Si papá, en la tarde.
─ Bien, trata de no volver tan tarde como ayer cariño.
Asentí pero mi atención estaba en Aron, algo me inquietaba, aunque no sabía exactamente qué.
Aron noto mi mirada y alzó una ceja─ ¿Qué? ¿Tengo algo en la cara?
Aparte mi mirada de inmediato y forcé una sonrisa─ Nada… solo estoy medio dormida todavía.
Pero en mi interior, algo me decía que no era solo mi imaginación, que algo estaba mal, que la sombra que vi anoche… quizás no era solo mi hermano después de todo.
El desayuno continuaba en un silencio relativamente normal, pero en mi mente seguía atrapada con lo que había visto. Su sombra… la sombra de Aron… tal vez era el sueño jugando con mi mente.
Entonces, mi padre habló, rompiendo el momento.
─Aron, lleva a tu hermana a la escuela hoy─ dijo sin apartar la vista del periódico.
Levante de golpe la mirada.
─Puedo ir sola papá, no hay problema─ dije rogando para convencerlo.
─No quiero que vayas sola, si Aron tiene el mismo camino que por lo menos hoy te lleve.
Aron suspiro y se encogió de hombros, sin mucho interés.
─Está bien… pero si se tarda en arreglarse, me voy sin ella.
Mi madre rodo los ojos─ No sea dramáticos. Vayan juntos y ya.
Sentí un nudo en el estómago, no era que no quisiera ir con mi hermano, pero después de lo que vi anoche la idea de estar con él sola me inquietaba.
Sin embargo no tenía una razón lógica para negarme sin parecer paranoica así que solo asentí y termine mi café en silencio.
Aron terminó su desayuno primero y se levantó de la mesa, tomando las llaves de su auto.
─Te doy diez minutos─ dijo yéndose afuera
Mire mi plato casi sin hambre ya. Algo dentro de mí decía que el viaje no iba a ser normal.
Termine de desayunar me despedí de mis padres y salí de casa con mi bolso, vi a Aron esperándome en su auto, como siempre el vehículo tenía marcas de una vida desordenada, latas vacías en el suelo, una chaqueta de cuero tirada en el asiento trasero, y un perfume masculino fuerte que intentaba –sin mucho éxito- cubrir el aroma a cigarro y alcohol que seguramente alguien había dejado en la última fiesta.
Aron tenía la ventana baja y estaba revisando su celular con expresión aburrida, cuando subí él apenas levantó la vista.
─ ¿Lista?
─Si… ─ mire a mi alrededor con una mueca─ ¿siempre tienes este desastre?
─No esperes que limpie para ti─ dijo encogiéndose de hombros
Encendió el auto y arranco. Me recargue contra la ventana, mirando por la ventana. El sol tenue de la mañana iluminaba las calles, y el ambiente en el auto, aunque tenso en mi mente, parecía… normal.
El motor zumba suavemente mientras el auto avanza por la carretera. Aron va conduciendo con una mano en el volante y la otra revisando la música en su teléfono. Mientras yo miro por la ventana perdida en mis pensamientos.
Suspiro─ ¿no te pasa nada raro últimamente?
Aron frunce el ceño─ ¿raro? ¿Cómo qué?
─No se… pesadillas extrañas, sentir que alguien te observa, escuchar cosas que no están ahí incluso verlas…
Aron ríe─ No, definitivamente no. Pero, si has estado viendo cosas raras, tal vez deberías dormir más. O dejar de ver películas de terror antes de acostarte.
Cruzo los brazos─ No es por películas, Aron. Es algo diferente… como si… como si el mundo estuviera cambiando alrededor mío, pero para todos los demás sigue igual.
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Editado: 07.04.2025