Entre El Destino Y La Luz

CAPÍTULO 2 “MIVIER”

―Señor. ¿Dónde está su familia? ―Me preguntó Dassy con amabilidad ―. Es peligroso que este en medio de esta multitud sólo. 

Logrando un tono áspero y carrasposo, contesté. 

―Mi familia está en el reino, vivía con mi esposa, pero murió hace poco, así que decidí ir con ustedes ― expliqué quebrantando un poco mi voz como si fuera a llorar ―. Lléveme por favor. 

Dassy, sin previo aviso, me quitó la manta que me cubría, solo para mirarme directamente a los ojos.

Era obvio que buscaba alguna característica de demonio en mí, pero por suerte, cambié hasta el color de mis ojos dejándolos el típico café oscuro en el rostro arrugado de un viejo. 

―Lamento su pérdida ―declaró apenado mientras me cubría nuevamente con la manta―, hay un carruaje que lleva a todos los ancianos, niños y mujeres, venga conmigo.

Cuando entré en la carreta, pude sentir un ambiente lleno de miedo, específicamente se sentía de una niña que estaba junto a mí. Llena de pánico preguntó a su madre en busca de algo de esperanza, que le quitara el miedo que tenía en su pequeño cuerpo. 

―¿Y si atacan de nuevo los demonios? 

La sola idea aterraba a la pobre mujer, que no podía ni decir una mentira para calmar a su hija.  En el momento que los ojos de la pequeña niña empezaron a cristalizarse, señal de que estaba a punto de llorar, decidí intervenir. 

―No te preocupes pequeña, este símbolo que dibujaré nos hará invisible para los demonios. 

Metiendo mi mano en la pequeña bolsa que traía, creé tinta y un pincel con el que dibujé una cara feliz en el suelo del carruaje.

―¿Seguro que eso funcionará, señor? ―Me preguntó la pequeña niña con algo de duda esforzándose por contener su llanto.

―Por supuesto ―sonreí confiado para tranquilizarla ―. Me lo dijo un hada que atrapé en el bosque cuando era joven. Me contó este secreto a cambio de que le diera su libertad. Los demonios solo buscan sentimientos negativos en los humanos, así que no se fijan en personas felices, la sonrisa es nuestra mejor arma contra ellos. 

Lo del hada era una total mentira, pero lo de los sentimientos negativos era en parte cierto, yo mismo lo comprobé cuando los tenía como enemigos.

La niña parecía más tranquila y llena de ilusión; se acercó a mí con curiosidad, logrando que los otros niños que estaban en el carruaje la imitaran. 

―¿Atrapo a un hada? ¿Son bonitas? ―Me preguntó otra niña olvidándose por completo de lo que había afuera.

―Lo son ―dije divertido al ver tanta inocencia en aquellos niños―, tal como nos dicen los libros. Lo más hermoso en este mundo es aquello que miramos con curiosidad, pensamos con detenimiento, queremos con el corazón y los marcamos en nuestro espíritu. 

Es un gran alivio ver que aquellas leyendas no habían cambiado en los setenta y cinco años de mi ausencia. Durante todo el viaje, fui contando varias historias que había aprendido para calmar a los niños, hasta llegar a nuestro destino. Su utilidad fue más grande cuando hubo un ataque que yo mismo había pedido a Jatián que enviara.

Nos detuvimos en la entrada del reino de Robentech, donde un gran número de caballeros estaban alerta a cualquier novedad, en especial Dassy y Jovin, que ya se habían puesto sus armaduras y revisaban a los nuevos ciudadanos del reino.

Alrededor de la entrada, que era un gran arco con rejas y bien fortificado, se encontraban varios símbolos blancos, muy similares a los que había en la armadura y espada de Jovin. Estos formaban un escudo invisible para que ningún demonio o entidad malvada pudiera pasar.

Haciendo una fila, poco a poco se acercaba mi momento de entrar. Jovin fijó su vista en mí, parecía que tenía la misma intuición que su padre Merse, ya que estaba más que preparado para el momento que el escudo me rechazara, pero para su decepción, pasé sin problemas.

Estando ya lejos de la entrada y de los guardias, me refugié en un callejón en medio de algunas construcciones con la intención de cambiar mi apariencia, pero de repente, un símbolo muy familiar apareció debajo de mí, absorbiéndome con gran fuerza, sin darme tiempo a evitar ser atrapado.

Cuando pude sentir que tenía mis pies en algo firme, miré a mi alrededor en busca del responsable de lo imposible. Invocarme.

Extrañamente todo a mi alrededor estaba oscuro, así que decidí devolverme mis ojos de demonio, los cuales me permitían ver fácilmente en la oscuridad.

―Wow, están brillando ―escuché decir a quien tenía la voz de una mujer. 

Dirigí mi vista a donde provino el sonido, pero me sorprendió ver que en frente de mí, estaba una chica humana. Rápidamente encendí las velas de la habitación y ambos pudimos vernos mejor. Un silencio lleno de tensión en la extraña habitación, hasta que reacciono mirándome de pies a cabeza lo que por expresión ella parecía.... 

―Eh..., no eres como yo lo esperaba ―señaló mientras me miraba de pies a cabeza con decepción.



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Editado: 15.12.2019

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