Entre El Destino Y La Luz

CAPÍTULO 11 “MIVIER”

Llegado el invierno, salí del reino con la excusa de hacer tratos de comercio en tierras lejanas, aunque fui hasta dichos lugares, fue gracias al Dark Power que me tomó muy poco tiempo del que había manifestado a todos.

Una vez que terminé ahí, regresé a mi castillo, donde me encontré con una escena de lo más normal por la fecha.

 

―Eres un monstruo tonto y amargado ―gritó Laria llena de ira.

―Tú eres una asquerosa humana con débiles poderes ―respondió furioso Jatián.

 

Antes de que terminasen de halagarse y empezaran a quererse matar; intervine.

 

―¡Cálmense! ―Ordené fuertemente mientras deshacía mi falsa apariencia ―por fin estoy lejos de los humanos, no quiero escuchar más escándalo y menos en mi castillo.

―Discúlpeme, amo Mivier, evitaré volver a discutir con el excremento de este mundo ―tras la disculpa e insulto, Jatián se marchó hacia el calabozo.

 

Una vez que vi que el demonio parlante se marchó, miré enfadado a Laria, quien fingió estar ofendida.

 

―¿Te vas a enojar conmigo? Pero si yo no hice absolutamente nada.

―Te he dicho todos los años que evites peleas con él, bien sabes porque está así.

 

Laria solo hizo un ademán de no darle mucha importancia a mis palabras, para luego marcharse. Por escenas como esas, a veces realmente me arrepiento de haberla traído a mi castillo.

Caminando y adentrándome en mi habitación, cerré la puerta tras de mí, para después sentarme en una silla que estaba al fondo de la habitación.

Aún dentro de mi cuarto, me sentía afectado por los días de invierno. Los humanos tienen la costumbre de celebrar cierta fiesta por la llegada del clima helado, aun cuando eso quiere decir que no habrá cosechas durante una larga temporada.

Tanto los niños como los adultos festejan sin parar por todo el reino y sus alrededores, algo que provoca un ambiente horrible para los demonios; si la tranquilidad y un poco de felicidad hace que los demonios odien a los humanos, este tipo de celebraciones irritan a todos los habitantes de mi castillo, especialmente a mí.

Jatián se vuelve menos paciente de lo que es, mientras que los otros demonios se vuelven más torpes, débiles y desesperados ante la sensación.

A mí también me afectaba de cierta forma, al ser mitad demonio la irritación me provoca severas ganas de matar; Laria es diferente, al tener incrustado solo el poder, siente debilidad, ya que todo su cuerpo aún es humano.

Tras unos minutos, tratando de ignorar el sentimiento de asesinar al primer demonio que se aparezca, dejé salir la neblina anaranjada, Light Power era un poder doloroso para mí, no podía dañarme si no me atacaba con él, pero me recordaba lo que fui y a quien perdí por tenerlo.

La neblina naranja era manipulable, lo podía utilizar de muchas maneras, pero mi preferida y para lo único que le utilizaba, era formar la figura de Loria, mi amada; en mi mente su imagen se mantiene intacta, con aquel vestido y aquella manera de bailar que hacía que me hizo enamorarme desde la primera vez que la vi danzar, hasta el último baile que compartimos.

La manejaba con mi mano derecha, mientras con mi mano izquierda dejé salir el Dark Power; la neblina negra formó mi figura, la cual empezó a dar torpes pasos de baile al lado de la figura de Loria. Aunque mis pasos de baile no eran de los mejores ante ella, me sorprendía la poca importancia que tenía ante ese detalle y me hacía sentir un hombre afortunado por tener a alguien así en mi vida.

Danzaban al ritmo de la música que tenía en mi mente; tenía mucho cuidado para que ambas figuras no se toparan, al ser totalmente distintos pueden causar más que una simple explosión.

Casi sumido en los recuerdos de mi pasado, la puerta de mi habitación se abrió repentinamente, dejándome ver a cinco demonios. Rápidamente deshice las figuras para no dejar pruebas de lo que hacía y aunque había rastros del uso de mi poder, esto fue cubierto por la neblina negra que impactó con el grupo de inoportunos, lanzándolos hacia atrás.

La sorpresa me hizo sacar mi aura demoníaca junto con mi instinto asesino, que era impulsada por la ira que sentía hacia quien interrumpía mis recuerdos.

El primer demonio que habría abierto las puertas murió al instante al ser atravesado por mi espada, estaba más que furioso, sentía que mi corazón se quería salir ante la emoción desbordante que provocaba matar; si aquellos demonios me hubieran descubierto manejando el Light Power no dudarían en delatarme con el Rey demonio y todo lo que había logrado hasta ahora se desplomaría.

Aún furioso, regresé a ver a Jatián, quien estaba entre los demonios que habían entrado a mi cuarto; los Clumsy Devil, dos de ellos sostenían aterrados a uno que estaba muy débil.

 

―A-a-amo, e-e-éste demonio dijo haber visto a la pareja que conforma de luz discutir, uno de ellos ha ingresado a nuestro bosque, mientras que el otro ha regresado a la aldea.



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Editado: 15.12.2019

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