entre el peligro y el corazón

Capítulo 3: Lo que llevo dentro

Capítulo 3: Lo que llevo dentro

se queda pensativa, la mirada perdida en la ventana empañada. En su mente repite una verdad que ahora le quema por dentro: necesito aprender a defenderme sola.

Camilo la observa; sus ojos contienen sorpresa y algo como orgullo. Se sienta más cerca, sin cruzar la línea incómoda entre lo profesional y lo personal. Su voz es baja, cuidada:
—Si quieres aprender, yo te enseño. Pero tienes que prometer una cosa: entrenamiento serio. No simulacros de películas. Esto es real, Sara.

ella Toma aire, convencida. —Lo prometo —responde con firmeza—. Quiero poder ayudar, no ser siempre la que necesita protección.

Él asiente y, por primera vez, el cuenta su verdad en palabras claras.
—Hace tres años trabajé para una familia que recibió amenazas por información que tenía sobre “Ramos”. Mi tarea era proteger a la hija menor. Hubo una operación que salió mal. Ramos y su gente… no perdonan. Yo creí que los había dejado atrás, pero sus nombres vuelven a aparecer. Cuando supe que tu familia se mudó por seguridad, insistí en acercarme. No puedo explicar por qué me importó tanto hasta que te vi.

sus dedos juegan con la venda seca en su mejilla. La noticia le golpea, pero le da sentido: su mirada, su prisa para cuidarla, todo encaja.

—Entonces… ¿Ramos te persigue a ti o a mi familia? —pregunta.

—A mí —responde—. Pero ahora que saben de ti, te han convertido en un blanco accesible. Por eso necesito que aprendas a pelear. Y también… necesito pedirte algo más difícil: confía en mí para decidir cuándo salimos a actuar.

Aceptas. Comienza un plan sencillo: días de entrenamiento en un polígono privado que Camilo conoce, repaso de evasión, defensa personal, y técnicas básicas para desarmar y huir. Las primeras sesiones son duras: le duelen los brazos, te cuesta coordinar, pero mejora tu instinto. Camilo tiene paciencia de maestro y la dureza de un protector; a veces te corrige con firmeza, otras te sonríe cuando lo logras.

En una de esas tardes, después de un ejercicio en el que logras esquivar un agarre y zafarte, te apoyas en la pared y respiras hondo. Él se acerca, seco de sudor, y su cercanía hace que te olvides por un segundo del peligro.
—Lo hiciste perfecto —dice con sinceridad—. Lo supe desde el principio: eres más fuerte de lo que crees, Sara.

Tus mejillas se calientan. No es solo el entrenamiento; es que la cercanía ha ido transformando algo frío y profesional en ternura franca.

Pero la calma dura poco. Una noche, mientras repasas movimientos en casa, suena el teléfono de Camilo. Al otro lado, una voz policial: han identificado huellas en el auto del atacante detenido. Ramos tiene un alias nuevo y un patrón que conecta con una red que opera cerca de tu barrio. Además, descubren que uno de los cómplices ya quedó libre y juró venganza.

La promesa de protegerte adquiere un peso mayor: ya no es solo evitar que te secuestren; ahora hay que neutralizar información y cerrar el círculo. Camilo apoya la frente en la tuya, apenas por un segundo, y susurra:
—No voy a fallarte.

ella respira, más preparada que antes, pero sabiendo que lo que viene será más peligroso.
Decides entonces (sin preguntar): seguir entrenando con más intensidad y colaborar con Camilo para planear la forma de enfrentar a Ramos y su red, siempre bajo la estrategia que él proponga.



#5391 en Novela romántica
#2051 en Otros
#374 en Acción

En el texto hay: drama, accion, amor

Editado: 14.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.