Entre encantos y enredos

"cenamos, sentimos .... Y casi pecamos"

Después del entrenamiento matutino (y del intento fallido de no pensar en besos), Liora pensó que tendría un descanso. Se equivocó.

Apenas llegó a casa, recibió un mensaje en su celular:

📩 Cena esta noche. Yo cocino. No es una cita... a menos que tú quieras que lo sea.
—E.

Ella no respondió. Se bañó, se puso su vestido negro “casualmente encantador” y maldijo a Pancho por ronronear con cara de “sabía que ibas a ir”.

El apartamento de Eloy era todo lo que ella no esperaba: ordenado, sobrio, y con una cocina abierta que olía a hierbas y carne al vino. Él, por supuesto, estaba descalzo, con jeans rotos, camiseta blanca, y esa sonrisa de “bienvenida al peligro”.

—Llegaste —dijo, sirviendo vino—. ¿Te asusta que esto parezca una cita?

—Me asusta lo bien que hueles —respondió ella, antes de pensar.

Él rió.
Ella quiso tragarse la copa entera.

La cena transcurrió entre bromas, silencios incómodos, miradas prolongadas.
Y en algún momento, la conversación se desvió hacia lo personal.

—¿Y tú? —preguntó Liora— ¿Qué eras antes de ser “protector”?

Eloy la miró, más serio esta vez.

—Era alguien que también perdió el control. Y lastimó a quien no debía.

Ella bajó la mirada. Quiso tocarle la mano… pero no lo hizo.

—Entonces somos dos rotos —dijo en voz baja.

—No, Liora —murmuró él, acercándose—. Tú no estás rota. Tú estás en proceso de transformación.

Y en ese instante, sin saber si fue magia o impulso, él le tocó el rostro.
Su pulgar rozó su mejilla, y ella se inclinó apenas… como una hoja rendida al viento.

Sus labios se rozaron. Lento. Tibio. Real.

No fue un beso completo. Fue una promesa suspendida.

Y justo cuando él iba a ceder del todo…

¡BOOM!

Una vela estalló en la mesa.

Ambos se separaron de golpe, respirando agitados.
Pancho, desde una esquina, maulló como quien dice “¿otra vez?”

—Tengo que controlar esto —dijo Liora, avergonzada.

—No —susurró Eloy, sin apartar la mirada—. Tienes que dejar de tenerle miedo.

Y en ese instante, ella entendió algo que no estaba en ningún manual mágico:
no era su poder lo que temía…
era lo que él la hacía sentir.

*Nota de la autora*
Vienen revelaciones sobre Eloy, una visita inesperada… y una escena bajo la lluvia que te hará morderte el labio. 🌧️🔥💋




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