Liora se quedó inmóvil. La palabra hermana le golpeó el pecho como una piedra lanzada con precisión mágica. La figura empapada frente a ella no era un espejismo. Era real… y terriblemente familiar.
La mujer dio un paso adelante. Llevaba botas negras, un abrigo de cuero oscuro y la mirada de alguien que ya había sobrevivido a muchas tormentas.
—¿No vas a abrazarme? —preguntó con ironía—. O al menos lanzar una pequeña explosión de bienvenida…
Liora bajó los brazos lentamente, sin saber si temblaba de frío, de miedo… o de rabia.
—No puede ser —susurró—. Tú… desapareciste. Nos abandonaste.
—Yo sobreviví, Liora. Hay una diferencia. Y tú estás a punto de descubrir por qué.
Eloy se colocó entre ambas, como un muro protector, su cuerpo aún empapado y tenso como un arco listo para disparar.
—¿Qué haces aquí, Kaela? —preguntó con voz baja, como si nombrarla fuera invocar a algo peligroso.
Kaela lo miró con una sonrisa torcida.
—Tú sabes perfectamente lo que hago aquí, protector. El libro la eligió… y tú no se lo dijiste, ¿verdad?
—¡¿Qué libro?! —exclamó Liora—. ¡¿Qué está pasando?!
Kaela se acercó lentamente a ella. Aunque eran diferentes —Liora más luminosa, Kaela más oscura—, compartían la misma estructura de rostro, los mismos ojos… pero en Kaela brillaban con una intensidad inquietante.
—El *Libro de los Cambios Inesperados* no elige al azar —dijo, deteniéndose a pocos pasos de ella—. Una vez lo tocaste, Liora, tu destino cambió. Y el mío también.
—¿Tú también fuiste elegida?
Kaela rió sin alegría.
—Fui marcada. Pero elegida… no. Y no sabes lo que eso hace con una persona.
Eloy se adelantó.
—No es momento para esto. Ella aún no está lista.
Kaela lo ignoró.
—¿Sabes lo que significa sentir cómo el mundo te rechaza mientras alguien más lo hace explotar con una simple emoción?
Liora sintió un nudo en la garganta. Todo era demasiado. Demasiado rápido, demasiado revelador.
—No sabía… —murmuró.
—Exacto. *No sabías*. Porque te criaron en una mentira. Porque te protegieron de lo que yo tuve que enfrentar sola. Pero eso se acabó, hermanita. Porque ahora el equilibrio se ha roto. Tú lo rompiste.
El cielo rugió con un trueno que parecía confirmar cada palabra.
—¿Qué quieres? —preguntó Liora, tragando el miedo.
—Quiero que aprendas. Que te fortalezcas. Que no seas la versión débil y dócil que el Consejo espera.
—¿Y tú quién eres para decidir eso?
Kaela se acercó aún más, hasta que su frente casi tocó la de Liora.
—Soy tu otra mitad. La que arde en la sombra mientras tú brillabas en la luz.
Y con un destello en los ojos, Kaela colocó dos dedos sobre el pecho de Liora. Al contacto, una oleada de energía recorrió su cuerpo. Imágenes fugaces, recuerdos que no eran suyos: fuego, gritos, entrenamiento brutal, abandono… y ojos idénticos a los suyos, pero llenos de ira.
Cuando Kaela se apartó, Liora cayó de rodillas, jadeando.
—Nos veremos pronto, "hermana". Y cuando ese momento llegue… tendrás que elegir.
Y así como llegó, Kaela desapareció entre la lluvia, dejando una estela de vapor y electricidad en el aire.
Eloy se arrodilló junto a Liora.
—¿Estás bien?
Ella lo miró, con los ojos llenos de lágrimas y fuego.
—Estoy harta de que todos decidan por mí. A partir de ahora, voy a tomar las riendas.
—¿Incluso si eso te lleva al límite?
—Sobre todo si me lleva al límite.
Y mientras la tormenta amainaba, algo nuevo nacía dentro de ella. Ya no era la chica de las plantas secas y los libros antiguos. Ahora era Liora… heredera de un poder que iba más allá de la magia.
Y estaba lista para despertar.
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NOTA: Lo que viene es entrenamiento, descubrimientos… y una noche donde Eloy y Liora se quedarán "atrapados" en más de un sentido. 💥🔥🛏️ ¿Avanzamos?