El murmullo en el aula no ayudaba. Leiha estaba paralizada, mirando a la profesora como si le acabaran de anunciar su sentencia a cadena perpetua.
-no puede ser...-susurró.
-lo es -dijo bruno, sin levantar la vista de su cuaderno, aunque una pequeña sonrisa se le escapó.
-profesora, con todo respeto, ¿no se puede cambiar las parejas? ¡es que bruno y yo... no funcionamos ni como humanos cerca! -protestó leiha, alzando la mano.
-justamente por eso, leiha. Van a aprender a trabajar en equipo -respondio la docente, sin levantar la mirada de sus papeles.
Leiha se dejó caer en su asiento con un suspiro dramático. Bruno, mientras tanto, giró su cabeza lentamente hacia ella.
-Tranquila. No muerdo.a menos que me saques tema de Star wars y no sepas quien es obi-wan.
-¿obi quién? -pregunta ella confundida.
Bruno puso cara de tragedia.
-No... esto va a ser más difícil de lo que pensaba.
-
Al día siguiente, se reunieron por primera vez en la biblioteca del colegio. Bruno tenía una pila de libros, hojas, su laptop encendida y auriculares alrededor del cuello. Leiha solo trajo un cuaderno lleno de garabatos de corazones letras de canciones.
-Tenes algo para anotar? Preguntó bruno.
-si. Puedo escribir en la parte de atrás de mi letra de "Amor Prohibido". ¿te gusta selena?
Bruno la miró como si hablara en otro idioma.
-Mirá... yo investigo, vos decorás la cartulina y cantas si hay que presentar algo. ¿te va?
-¿y vos qué hacés?
-pienso.
-¡pfff! ¡qué conveniente! -bufó leiha, cruzándose de brazos.
-O podes pensar vos y yo decoro con brillantina, ¿preferis?
Leiha lo miró fijo. Luego, soltó una risita.
-No sabia que eras gracioso...
-no sabia que sabias reírte -respondió bruno, sin levantar la vista de la pAntillas.
Por un momento, ambos se quedaron en silicio. Algo incómodo, pera no desagradable.
--
Al salir, caminando por el pavión del colegio, leiha lo miró de reojo.
Bruno se encogió de hombros.
-no sé. Sonrojó. Disimuló mirando hacia otro lado.
-estas loco.
Bruno sonrió.
-Un poco.
--
Fin del capítulo 2..