El día de su destrucción, fueron tan grandes las ruinas que ni siquiera hubo ruido.
A veces, el silencio es el mejor alboroto que se puede armar y la palabra destrucción no solo significa final.
Estaban las ruinas de un pequeño ser regadas por todas partes, había sucedido el colapso de una estrella fugaz que no parecía magia y el mundo parecía no creérselo.
Lo que no sabían era que el hecho de que no pareciera magia era precisamente el truco, y que todas aquellas ruinas solo eran el desecho de lo que ella no quería.
La magia siempre vive dentro.