Una noche, después de un ensayo agotador, Isabela recibió un mensaje de Julián:
"Nos vemos en nuestro lugar."
Sabía a qué se refería. Había un parque cerca de la escuela donde solían sentarse a hablar de todo y nada.
Cuando llegó, Julián ya estaba allí, con la mirada perdida en el cielo estrellado.
—¿Pasa algo? —preguntó ella, sentándose a su lado.
Él tardó en responder.
—Me aceptaron en una universidad fuera del país.
El mundo de Isabela se tambaleó.
—¿Vas a irte?
Julián la miró con dolor en los ojos.
—No lo sé.
El silencio entre ellos se llenó de incertidumbre.
Por primera vez, el miedo no era solo a perder la amistad. Era a perderse el uno al otro.