Entre fogones

Capítulo 11

Delan se despertó sudando. Hacía calor, demasiado calor. Trató de destaparse pero la manta no cedió. Abrió los ojos lentamente y sintió el dulce cosquilleo del pelo de Mark. Y entonces terminó de abrir los ojos completamente. Se había quedado dormido. Se había quedado dormido abrazando a Mark. Se incorporó un poco, esperando que solo hubiese sido un rato y que los demás no hubiesen llegado aún, pero sabía perfectamente que no era así. Todo el mundo dormía plácidamente en sus camas. Y él estaba en la misma cama que Mark. Trató de separarse un poco e irse, y pensaba que lo conseguiría hasta que Mark gruñó dormido y apretó más fuerte la mano que tenía unida a la de Delan. Espera. Sus manos estaban entrelazadas. ¿En qué momento había ocurrido eso? Fue separándolas poco a poco, con cuidado de no despertarle. Cuando lo consiguió, continuó con el suave movimiento de levantarse. En el momento en que dejó de estar pegado a él, Delan tuvo frío a pesar de haber estado sudando hasta hacía un minuto.

Tomó sus cosas y ropa limpia antes de ir hasta las duchas sin saber que alguien había visto por una ventana como salía de la casa cuando el amanecer todavía no había aparecido.

Estaba llegando a la zona de duchas cuando un susurro femenino llamó su atención.

- ¿Qué haces despierto tan temprano?

Delan se giró y se encontró con una chica alta, cerca del metro setenta y cinco, con un hermoso pelo castaño claro que estaba suelto y caía grácilmente por encima de sus hombros y marcaba la silueta de su pecho. Llevaba un simple conjunto de pantalones cortos (quizás demasiado cortos) y una camiseta de tirantes.

- No podía dormir más.

Delan no mintió, era cierto que se había visto incapaz de dormir más, pero eso fue después de ver que había dormido con Mark toda la noche del tirón y no solo eso, sino que se había permitido quedarse dormido abrazándole.

- Yo tampoco.

Él no le había preguntado pero ella dio la información de igual forma. Contoneó un poco sus caderas mientras se acercaba a él.

- ¿Sabes quién soy?

Ella sabía perfectamente que él no tenía ni idea de quien era, pero le importaba poco. Había ido hasta allí con un propósito y no pensaba irse sin este cumplido. Se retiró el pelo con suavidad, dejando al descubierto su hombro derecho. Fue un gesto seductor que pasó completamente desapercibido para Delan, quien le miraba la cara intensamente, tratando de recordar si la había visto alguna vez.

- Soy Vikki.

En ese momento, los engranajes se unieron en la mente de Delan. Aquella era la chica que iba detrás de él según Chuck y, percatándose ahora de cómo se movía, realmente era así. Pero ¿qué hacía allí? Y más a esas horas.

- Me gustas un montón, Delan.

Viendo que Delan no hacía ningún movimiento ni decía nada, ella decidió apurar más las cosas. Si seguía esperando a que él reaccionase, no habría tiempo.

- Eso me han dicho.

Delan no quería decir eso, no lo hubiese dicho en la vida, pero estaba tan abrumado por habérsela encontrado en un lugar tan solitario y tan apartado que no era ni él mismo.

- Entonces... Si ya lo sabes, nos podemos ahorrar todas las formalidades. Lo que quiero de ti no es amor, ni una relación dentro del campus, no me van esas chorradas. Lo que quiero de ti es sexo.

- ¿Perdona?

- Te eché el ojo como el tío que posiblemente más me llamaba la atención de todo el campus y es cuestión de tiempo que todas las chicas empiecen a pensar como yo. Seguramente serías súper popular en el instituto. Así que quiero acostarme contigo antes de que ninguna otra chica del campus lo haga.

Delan estaba atónito. ¿De verdad estaba escuchando lo que estaba escuchando? Nada tenía sentido. Básicamente le estaba diciendo que era como un trofeo que quería conseguir la primera. Ciertamente era una chica bastante guapa y físicamente no estaba nada mal, pero decirle que quería acostarse así como así con él, tan rápido y sin tiempo de procesarlo...

- Tienes un minuto para rechazarme o aceptarme. Será solo algo físico, prometo que jamás irá a nada más. Quiero algo de ti y, por la mirada perdida que llevabas al salir de la casa y durante todo el camino, quizás tu también quieras desahogarte por algo.

Era lista. Fue todo lo que se le ocurrió a él. Había podido intuir perfectamente qué ocurría con él, aunque seguramente no tendría ni idea del trasfondo. Aun así, era como si le estuviese dando todas las facilidades y el por qué deberían hacer lo que ella quería que hicieran.

¿Era realmente cierto? ¿Ella quería su cuerpo como trofeo y él la quería a ella como distracción? Recordó la sensación de comodidad, el calor de Mark pasando a su propio cuerpo, su pausada y profunda respiración, sus manos entrelazadas.

- Me parece bien.

Acto seguido, soltó la mochila que llevaba en el suelo y la besó. Un beso que al principio era frío, un beso impuesto, un beso para olvidar y dejar de pensar, pero que se fue convirtiendo poco a poco en un jadeo ardiente que los condujo hasta las duchas.



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En el texto hay: amor, chicoxchico, rivalidad

Editado: 18.11.2019

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