Entre fórmulas y canastas

Epílogo: Un futuro lleno de promesas

Pasaron algunos meses desde aquella tarde en el parque. El instituto seguía siendo el mismo lugar de siempre: pasillos ruidosos, profesores estrictos y tareas interminables. Pero algo fundamental había cambiado.

Ahora, ver a un popular y un nerd caminando de la mano ya no era un escándalo. Era… normal. Hermoso.

Charlie y Chad seguían siendo inseparables. Cada día aprendían algo nuevo del otro. Chad había empezado a interesarse en los juegos de mesa que Charlie amaba, mientras Charlie se atrevía a probar deportes, aunque siguiera siendo un desastre en ellos. No importaba: lo importante era que lo intentaban juntos.

Romina y Cold se habían convertido en la pareja más inesperadamente poderosa del instituto. Romina había convencido a Cold de unirse al club de debates, y Cold, con su carisma natural, ayudaba a Romina a no ser tan intensa a veces. Se complementaban de una forma única.

Lucy y Roxana se volvieron las chicas más admiradas del lugar. Su amor por el arte y la música las llevó a organizar eventos para toda la escuela. Sus diferencias se habían transformado en una fuente de fuerza creativa.

Cody y Xiomara eran como dos piezas de un rompecabezas que nadie sabía que encajaban tan perfectamente. Cody se volvió más sociable gracias a ella, mientras Xiomara descubría un nuevo amor por los videojuegos y las películas clásicas que Cody adoraba.

Y Kael y Yael… Ellos no solo construyeron un lazo romántico, sino también una obra de arte. Su primer cómic, "Entre dos mundos", se publicó en una plataforma en línea y empezó a ganar seguidores poco a poco. Pero más allá del éxito, lo que más valoraban era cómo, página tras página, su historia hablaba de ellos: de cómo dos chicos tan distintos podían crear algo increíble juntos.

Un sábado por la noche, mientras todos estaban reunidos en casa de Romina —con pizzas, refrescos y música suave de fondo—, Charlie miró a sus amigos, todos riendo, discutiendo teorías locas y haciendo planes para el futuro.

Sintió un calor en el pecho. Ese tipo de calor que solo se siente cuando sabes que estás exactamente donde debes estar.

Chad se inclinó y besó su mejilla, como si hubiera leído sus pensamientos.

—Te dije que todo estaría bien —susurró.

Charlie sonrió, apoyándose contra él.

Sí. Todo estaba bien. Más que bien.

Porque el amor había derribado todas las barreras.

Y porque, en un mundo lleno de etiquetas, ellos habían elegido escribir su propia historia.

Juntos.

Siempre.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.