Capítulo 7: Equilibrando el Juego

Desde el día en que le confesé a Kevin que también sentía algo por él, las cosas comenzaron a cambiar. Aunque habíamos decidido tomarlo con calma, nuestra conexión se fortalecía con cada encuentro. Sin embargo, a medida que nuestra relación crecía, también lo hacía la presión en el campo.

Era lunes por la mañana, y mientras me preparaba para un intenso entrenamiento, mi mente seguía dividida entre el fútbol y Kevin. Había algo reconfortante en saber que él estaba de mi lado, pero también sabía que no podía permitirme perder el enfoque.

-¿Lista para otra semana de guerra? -me preguntó Daniela, dándome una palmada en la espalda.

-Siempre lista -respondí, sonriendo, aunque en el fondo sabía que estaba luchando por mantener el equilibrio.

Las miradas y los comentarios

Durante la práctica, sentí más miradas de lo habitual. Algunos compañeros del club masculino pasaron cerca de nuestra cancha, y aunque intentaban disimular, podía notar que hablaban de Kevin y de mí.

Cuando terminamos, Daniela se acercó de nuevo.

-No quiero alarmarte, pero hay mucho ruido alrededor. Parece que algunos periodistas han empezado a preguntar si tienes algo con Kevin.

-¿Qué? -pregunté, alarmada.

-Tranquila. No hay nada confirmado, pero ya sabes cómo son. Basta con que alguien diga algo para que todo se salga de control.

Suspiré, pasando una mano por mi cabello. Era lo último que necesitaba: que mi vida personal comenzara a mezclarse con mi carrera profesional.

Una conversación con Kevin

Esa noche, después del entrenamiento, decidí llamarlo. Kevin contestó al segundo timbre, con su tono despreocupado de siempre.

-¿Todo bien? -preguntó, notando la preocupación en mi voz.

-No exactamente. Daniela me dijo que algunos periodistas están empezando a hablar de nosotros.

Kevin guardó silencio por un momento, y cuando habló, su tono era calmado pero firme.

-Mira, Valeria. Sabíamos que esto podía pasar. Pero si tú no quieres que sigan hablando, podemos mantener las cosas más privadas. Lo que importa es lo que tú quieras.

Sus palabras me tranquilizaron un poco, pero también me hicieron darme cuenta de algo importante.

-No quiero esconder lo que tenemos, Kevin. Pero tampoco quiero que interfiera en mi carrera.

-Lo entiendo -respondió él-. Hagamos las cosas a nuestra manera, sin presiones.

Un día de prensa

El viernes llegó con una sorpresa desagradable: una entrevista con varios medios. Aunque la atención normalmente se centraba en el equipo y los partidos, esta vez noté que algunas preguntas comenzaban a desviarse hacia temas personales.

-Valeria, hay rumores de que tienes una relación con Kevin Álvarez. ¿Es cierto?

La pregunta me tomó desprevenida, pero traté de mantener la compostura.

-Mi enfoque está completamente en el equipo y en los partidos que vienen. No tengo comentarios sobre mi vida personal.

Los reporteros insistieron un poco más, pero no les di más información. Sin embargo, sabía que esto solo era el comienzo.

Una victoria importante

El sábado llegó con otro partido clave. Nos enfrentábamos a Tigres, uno de los equipos más fuertes de la liga. Desde el primer minuto, el juego fue intenso. Cada pase, cada jugada, requería toda mi atención.

En el minuto 80, con el marcador empatado 2-2, tuve la oportunidad de hacer una jugada que definiría el partido. Recibí un pase largo de Daniela y, después de esquivar a dos defensoras, disparé directo al arco. El balón entró, y el estadio estalló en gritos.

Mientras celebraba con mis compañeras, miré hacia las gradas y vi a Kevin. Aunque estaba rodeado de sus compañeros, su mirada estaba fija en mí, con una sonrisa que me hizo sentir que todo valía la pena.

Reflexiones al final del día

Esa noche, mientras escribía en mi libreta, me di cuenta de lo mucho que había cambiado en las últimas semanas. Kevin no solo era alguien que me hacía feliz; también me había ayudado a redescubrir partes de mí misma que había dejado de lado por enfocarme tanto en el fútbol.

Escribí:

"El equilibrio es la clave. Entre el fútbol, mis sueños y las personas que amo, estoy aprendiendo a encontrar mi lugar."

Sabía que el camino no sería fácil, pero también sabía que no estaba sola.