Entre gustos & Colores

Capitulo 10

-¡Papa!, ¡No!-Me despierto asustada y con lágrimas en los ojos acompañadas de un inmenso dolor en el corazón un sueño tan doloroso e inquietante. Cuando me logro calmar detallo mí alrededor. Estoy en una habitación en la que jamás había estado. ¿Hospital quizá?

-¡Hija! Ya despertaste. Gracias a Dios -Dice mi madre abriendo la puerta. Muy sonriente para luego abrazarme y darme un beso en la xfrente.

-¿Qué haces aquí? ¿Dónde estamos?- digo confusa y ella se relaja.

-Pues, después de que me contaras los del desmayo aquella vez, ya había decidido visitarte y pues bueno… estuve esperándote afuera de dónde me dijiste que estaba viviendo… pero no llegabas.. y bueno, pues sé que para ti ha sido duro sobrellevar las cosas.. pero no tenía idea de cu..cu..cuanto- comienza sollozar.. no creí que tú, pues que tú.. tu.. harías, algo .. algo así- entonces rompió a llorar.

-¿Hacer que mamá?.. cálmate no llores, todo está bien, tranquila- digo sobando la espalda de mi madre para consolarla mientras ella se abraza a mi fuertemente.

Austin entra corriendo, seguido de la abuela Rosella y Jules, quien permanece de pie fuera de la habitación y yo les sonrío. Ambos Maxwells se me echan encima también.

Detrás de ambos aparece Dominic. Me sorprende bastante verlo allí.

-¿Qué sucede aquí?- vocalizo para que el pueda leer mis labios ya que el trío de gente que tengo encima, apenas y me dejan respirar.

El también luce algo descuidado, despeinado y con profundas ojeras en su tez.

Sonríe de vuelta a mi y dice en voz alta para el resto que quizá deberían darme un poco de espacio y llamar al doctor.

Mi madre, Jules y Rosella abandonan la habitación. Austin se sienta a mi lado y pega la silla a mi cama.

-Lo siento galán, pero esta vez no me separaré de ella. Si le quieres declarar tu amor, adelante hazlo. Yo seré el chaperón.- anuncia digno, con el mentón en alto.

Dominic y yo nos miramos y yo comienzo a reír.

El se acerca serio hasta la cama y toma asiento junto a mis piernas, empujándome un poco con delicadeza par hacer espacio a su corpachón.

-Nos dirás ¿Qué fue lo que pasó?- pregunta serio, colocando su enorme mano sobre la punta de mis dedos- No me creo el cuento del suicidio repentino.

Austin me mira atento, como si quisiera meterse dentro de mi cabeza. Dominic me taladra con sus ojos claros.

Recordé todo. Claro que recordé todo lo ocurrido en cuanto ví a Jules; por eso, no puedo ser ligera con mis palabras. No puedo poner en peligro a nadie más por mi culpa. Aunque sean unas malditas desgraciadas. No puedo decir nada todavía.

-Todos los suicidios son repentinos Dominic. ¿Querías que te mandara una invitación para el espectáculo o…

La cachetada que me interrumpe en ese momento, no me lo hubiese esperado jamás.

Austin, completamente indignado y con ojos llorosos se levanta de la silla.

-Lo lamento- dice sosteniendo la mano con la que me ha abofeteado. -Dije que me quedaría pero no puedo escuchar esto.

Inmediatamente sale de la habitación, cerrando la puerta de un portazo.

Lágrimas se derraman de mis ojos, siento mucho el dolor que les estoy causando, pero hasta poder resolver esto, no puedo decirles la verdad.

-Puedes engañarlos a todos Steisy, pero no a mí.

Levantó la vista, Dominic sigue allí, sentado en el mismo lugar y con la mirada inquisidora puesta en mi. Siento como si no pudiera esconder nada de él.

-¿Ahh no? y ¿Se puede saber por qué?.. ¿Me conoces acaso?, Tu no tienes ni la más mínima idea de quién soy, así que no vengas con discursitos conmigo Dominic, déjame sola – espero sacudiéndome su toque.

-No, tú eres quien no tiene idea. No conseguirás que me aparte así que deja de perder tu tiempo en eso.-

-¡¿Por qué?!- le grito. -¿Por qué no puedes lárgate y dejarme en paz?, ¿Por qué no puedes simplemente irte y seguir con tu vida y ya?.

En un instante tengo su rostro a centímetros del mío, sus ojos voluntariosos e hipnotizantes robándose todo mi campo visual y su aliento cálido chocando sobre mis labios.

-¿En serio no te imaginas por qué?, ¿Quieres que te lo diga detalladamente Steisy? ¿Necesitas escuchar la palabras salir de mi boca?.- suelta apresurando las palabras con deseo.

-Y..yo..yo..- muda me quedé. Su presencia de por sí avasallante no me deja pensar.

Se aleja despacio, regresando al lugar donde estaba sentado.

Siento mi rostro arder y me da rabia No poder reaccionar con rapidez o mejor dicho, no poder reaccionar siquiera.

-Estábamos hablando por teléfono, ¿Lo olvidaste?.

-¿Qué?- pregunto mirándolo de nuevo, el también está ¿Ruborizado?.

-Tu y yo.. la noche de ayer.. estábamos hablando por teléfono, cuando paso todo.- dice recuperando la compostura.

Así que no soy solo yo ¿Eh? Aquello me relaja un poco. No contesto.

-Además, debo confesarte algo.- dice Dom estirando el cuello de su camiseta negra como si de pronto está estuviese muy ajustada.

-¿Qué cosa?- pregunto curiosa, el luce muy incómodo.

-Pues, que yo estaba ahí.. están caminando del otro lado de la calle, algunos metros detrás de ti. Estaba cerca y te vi caminando por aquel lugar a esa hora, nunca te había visto por allí, así que te llame y te seguí mientras hablábamos.

Recordé entonces nuestra conversación.

-¡Lo sabía! – exclamé señalándolo- lo sabía, sabía que me estabas observando y tú lo negaste. Mentiroso. Jumm.

Sonrió con tristeza.

-Si tan solo hubiese sido más inteligente, hubiese estado más cerca, hubiese sido más rápido.. Habría podido impedir que te hicieran todo esto.. habría..

Esta vez soy yo quien coloca mi mano sobre la suya.

-Detente- lo interrumpo, él hace silencio y me mira- Ninguno de nosotros podía saber que algo así pasaría. No fue tu culpa.

-Perseguí la camioneta, pero no pude alcanzarlos y para cuando pude buscarles con la moto ya no los encontré. Me estaba volviendo loco, ni siquiera pensé en llamar a la policía, nunca se sabe quién puede estar metido…




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