-Luces preciosa mi niña- dice mi madre con lagrimas en los ojos- me recuerdas tanto a tus hermanos.
Desde hace poco hemos tomado la decisión de hablar más de ellos en casa. Mantener vivos los recuerdos hermosos que tenemos de ellos y no negarnos a compartir sobre lo mucho que los amamos solo porque ya no están, cada día continúo recuperando memorias perdidas y aquello en verdad puede ser doloroso a veces, pero lo prefiero de este modo.
-Wao, casi no te reconozco pulga- dice Austin, sonriéndome de oreja a oreja con la mano extendida para ayudarme a bajar las escaleras, con aquellos enormes tacones de punta que llevo todo el mes practicando como usar.- te ves bellísima.
“Pulga” si, resulta que ese era mi apodo de niña. Era bastante bajita en ese entonces y él, como cosa rara, me apodo con lo primero que se le ocurrió.
Dominic.
Desde aquel día no hemos vuelto a hablar. Al final terminamos mudándonos mamá y yo, a una de las casas Maxwell. Se han reabierto las investigaciones acerca de lo ocurrido antes y también de lo más reciente.
Camino tomada del brazo de Austin, gracias a Dios, ha terminado definitivamente con Jules hace poco y luego de eso, yo le he contado todo lo ocurrido. Es uno de los que están buscando las pruebas necesarias para encarcelarlas a todas. Yo he decidido dejar eso atrás.
Al llegar al salón para la graduación, vemos a una majestuosa Ammy enfundada en un ajustado vestido rojo. No se me escapa la mirada que mi primo le da, a pesar de intentar disimularla. Ella también lo nota y resplandece llena de satisfacción.
Nos ordenan para la entrega de títulos y Ammy debe alejarse de nosotros.
-Si vas a mirarle así el trasero.. entonces ya dile de una vez que te gusta.
-N..no estoy mirando nada- se defiende avergonzado con el rostro completamente enrojecido.
-Si claro. Cobarde- Me río.
Como hace muy poco que he vuelto a adoptar el apellido Maxwell como mío, hubo obviamente algunas dificultades para titularme Maxwell Hottman en lugar de solo Hottman, pero se resolvieron justo antes de todo el evento de grado. Así que ahora aquí me tienen, de pie justo detrás de mi primo en un auditorio lleno de familiares y amigos, viendo a los nuestros sonreír y llorar en la distancia y vestidos de enormes togas negras que ocultan nuestros elegantes trajes.
A lo lejos puedo ver a Nathan, enfundado en su propia toga y birrete. Me saluda con la mano en un gesto que no oculta lo guapo que es, aún cuando vista exactamente igual al resto, no cabe duda de que el resalta. Su rostro ya no luce tan demacrado y agradezco al cielo por ello. Aunque no he aceptado nada de su parte, si terminé dándole mi perdón aquel día y hemos podido conversar más a menudo luego de sincerarse.
Busco con la mirada con el fin de encontrar a Dominic entre el gentío pero no logro mirarlo. Al final, tampoco ha venido a retirar su título en persona, lo supe porque no acudió cundo llamaron su nombre reiteradas veces y tuvieron que pasar al siguiente.
No vino.
Ya luego durante la fiesta y tres varias bebidas, por fin consigo que Austin se anime a invitar a Ammy a bailar y ahora, estoy sol junto a la mesa de bebidas, disfrutando de verlos reír uno junto al otro.
Alguien da un ligero toque en mi hombro y puedo ver entonces a Nathan vestido muy elegantemente, enfundado en un traje a la medida de color negro, que resalta de manera grácil su atractivo natural. El cabello peinado hacia atrás y un perfume delicioso lo acompañan.
Sonrío, cuando se inclina para saludarme como si se tratase de la realeza.
-Te ves bellísima Steisy.
-Gracias- digo un poco avergonzada aún no me acostumbro a los elogios de ese tipo y además me siento un poco fuera de lugar con el vestido que llevo puesto. Obviamente no pueden pretender que cambie por completo en un par de meses- tu también luces muy guapo.
-Gracias, me lo dicen a menudo- contesta con falso egocentrismo.
-Creído- le digo juguetonamente.
-¿Y entonces?.. ¿Cómo has estado?.. aún no lo he visto llegar por cierto.
-¿A qué te refieres?.. – pregunto nerviosa.
-A tu Bad Boy pues, a Dominic.. aún no lo he visto aparecer por aquí.
-No estoy esperando a nadie Nathan, no saques conclusiones apresuradas.- resoplo.
-¿Ah no? Entonces ¿malinterpreté el escaneo visual que realizas cada poco minutos a través del salón?.. – se encoge de hombros bromista- perdóneme entonces señorita.
-Eres un idiota- niego con la cabeza con una sonrisa.
-Esto también me lo dicen a menudo, tendrás que aprender a ser más creativa- chasquea la lengua.
Yo me río.
-No creo que asista- digo- ya ves que ni siquiera apareció para retirar su título universitario y eso es más importante que está tonta fiesta.
-Pues depende de lo que uno considere importante, para mí, si estuviera en su lugar.. Pasar el tiempo contigo tendría mil veces más peso que el fruto de unos estúpidos 5 años de exámenes y falta de sueño.
-¿No te cansas de intentar?
-Seguiré hasta el último momento, ya te lo había dicho ¿no?, Prepárate para esta artillería pesada.- hace una pose de galán y me guiña un ojo.
Me río más fuerte, con ganas esta vez.
-Puedes que ya esté aquí- me dice.
Yo exploro nuevamente el oscurecido espacio en busca de su rostro.
-Nunca se sabe, ya ves que es muy dramático y le gusta eso de camuflarse en las sombras, por si no lo habías notado.
Mi Señor Oscuro, pienso y me río.
-¡Alumnado de nuestra prestigiosa Universidad, Sean todos bienvenidos!- dijo una chica alta parecía modelo de victoria secret con aquel vestido de terciopelo ceñido a sus curvas.
-¡Tengo el honor presentar a los ganadores de este año para nuestros tan esperados premios!- todo un bullicio, aplausos y silbidos inundaban el salón.-
-Primero que todo y reconociendo lo difícil que resulta mantener el alto nivel de exigencia académica de nuestra universidad.. ¡Empecemos! El premio a la mejor estudiante del año es para ¡¡April Colmand, Felicidades!!- Una chica pelirroja sube a la tarima.- bríndenle un fuerte aplauso. El lugar estalla en vítores y silbidos.