Entre la realidad y la agonía

Parte IV

Tiempo atrás antes de decir enlistarse, Carlos era un joven un tanto disfuncional y a la vez bastante inteligente. Al nacer Carlos la vida de su madre cambio por completo, el padre de Carlos les abandono y su madre se las tuvo que ingeniar para poder subsistir. En la escuela sufría de burlas por parte de sus compañeros ya que a veces no traía para comer o sus zapatos estaban rotos y viejos, aparentemente eso era señal de burla entre sus compañeros. En su adolescencia tuvo pocas relaciones irrelevantes para él. Obtuvo reconocimientos por ser un estudiante aplicado, le encantaba leer y hacia todo lo posible por ayudar a su madre en lo que pudiera, era un joven bastante centrado y humilde.

Cuando decidió enlistarse no sabía exactamente qué pasaría, su Madre no estaba del todo de acuerdo pero al último apoyo a su hijo incondicionalmente. Paso por las pruebas habituales y todos los de rangos superiores notaron su capacidad intelectual y a la vez su desempeño al realizar cualquier actividad física, pues tiempo atrás el se había entrenado a su manera y antes de quedar dentro ya tenía un aspecto que hacía notar su buena condición física.

Los primeros años de su servicio fueron muy intensos, tenía una rutina muy estricta pero él era sumamente disciplinado. Era un experto en balística, denotando su gran puntería al derribar cualquier objetivo. Una de las primeras misiones que le marcaron fue donde perdió a su mejor amigo y compañero, con el que había convivido desde el primer momento. Murió en manos de Carlos, por recibir disparos en el cráneo y tórax, esa misión le hiso ver que la vida y la muerte solo se separaba por una línea muy delgada y frágil. Se comunicaba con su madre a través de cartas y le mandaba dinero constantemente, mientras el arriesgaba su vida a cada momento. Su Madre siempre rogaba por la vida de su querido hijo.

Como era un soldado destacado le empezaron a mandar a misiones cada vez más intensas, donde su vida dependía de su astucia y suerte, miro como mataban a compañeros de él como si fuesen viles perros y el mataba como si matase a conejos. Fue secuestrado en una ocasión por enemigos, pues se peleaban por dominio de territorios, en esa ocasión fue un milagro que saliera con vida pues le torturaron de unas maneras nauseabundas de describir, incluso así fue como perdió uno de sus dedos de la mano izquierda. Fue rescatado por un escuadrón que fue especialmente a buscarle.

No paso mucho tiempo después de ese incidente para que comenzase la guerra por territorios más grande en la que el participaba, la sangre se hacía presente en sus días cotidianos putrefacción por tantos cadáveres y ese olor nauseabundo a personas muertas por disputas que iban mas allá de su comprensión. La guerra se prolongo por 2 largos años. Sin embargo a pesar de todo por lo que había pasado, aun no presentaba crisis psicológicas. Se especulo que se desencadenaron a partir de su pérdida de consciencia y caer en coma por alrededor de un mes, despertar en aquella cama abatido y sin su pierna le pudo a ver causado un trauma al igual que recordar todo lo que vivió anteriormente. Sufría lagunas mentales y pesadilla nocturnas, solo quedaba esperar que no incrementaran estos episodios y poco a poco lograr recordar más su propia vida.

 

—¿Cómo te sientes el día de hoy? En la noche me informaron de tu estado, te intentaban despertar entre dos enfermeros pero tu estabas muy adentrado en tus pesadillas… ¿Qué sucedía en tus pesadillas?

—Ya le he dicho antes que no las recuerdo. No consigo recordar nada ni siquiera a un minuto de despertar…. —Le contesto desesperado al Psiquiatra, quien le recomendaba ser sincero pues si no, no podría ayudarle.

….

En otra conversación se encontraba el psiquiatra encargado del caso de Carlos y el Comandante O´farrel pues había ido a visitarle, hablaban de la posibilidad de alguna mejoría para Carlos, pero el psiquiatra no sabía exactamente con que se enfrentaba y si no se sabe que pasa mucho menos un tratamiento adecuado.

….

—Carlos…Carlos… Te estás volviendo loco Carlos…y nadie te puede ayudar. —Carlos escuchaba voces en su cabeza las cuales no podía ignorar y cada vez se tornaban más reales y difíciles de persuadir… —Carlos, ahora me perteneces Carlos…

 



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En el texto hay: terror psicológico, terror paranormal

Editado: 17.07.2018

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