Esta historia esta dedicada a mis padres, mis hermanos y mi mejor amiga.
Y a ti, que desde allá arriba estarás orgullosa.
¿Alguna vez te has preguntado que pasa al morir? ¿A dónde vamos? ¿En que nos convertimos?
La muerte es algo que siempre me va a aterrar, no solo te quita a tus seres queridos, algunas veces también se lleva tus sueños y el miedo que sientes por vivir. Recuerdo cuando mi abuela cerró los ojos, su corazón dejo de latir y se fue al Cielo, el día que estuve internada por un dolor estomacal y la persona de mi lado con un coma de tres semanas no quiso despertar y se fue; un día mí perro cookie dejo de respirar y me dejo sola con el corazón roto. Todos esos niños con cáncer que solo esperan su hora de partir o esas personas que salen de sus casas y no saben si van a regresar.
He aprendido que la muerte llega cuando menos lo esperas, algunas personas se van sin despedirse y algunas otras son olvidadas.
Cada que me preguntan: ¿Qué se siente morir? Siempre les respondo lo mismo. “Es una sensación rara, logras ver lo que hay más allá de la Tierra y del Cielo. Hay distintas formas de llegar a la Terminal; algunos entran por un túnel, aparece una luz blanca y cegadora que te guía al Cielo, o como en mi caso, pasas por un mar hermoso donde el sonido de las olas te tranquiliza y te llena de paz, eso se convierte a un bosque lleno de árboles floreciendo. Al llegar tu ángel guardián te recibe con mucha emoción”.
Me he enamorado de los ángeles, siempre sueño con ellos y encuentro plumas blancas por todos lados. En mi corazón permanece un ángel guardián que cambio mi vida, quien abandono su segunda oportunidad por cuidarme y protegerme. Ese ángel guardián me enseñó a no tener miedo, a que es bueno equivocarse y aprender de ello, me ha enseñado que es el verdadero amor y como las estrellas esconden secretos detrás de su brillo.
Mi ángel guardián tiene mi corazón y yo el suyo. Los dos esperamos el día en que nuestras almas se vuelvan a encontrar, donde nuestro corazón se unirá para siempre.
─Aunque vuelva a nacer y vuelva a morir, siempre te escogeré a ti. Siempre serás tú, eres la dueña de mi alma y de mi corazón.
Ten cuidado al cruzar las calles, mira a ambos lados.