Entre la Tierra y el Cielo Libro 1

Capítulo 5. ¡Esto es un asalto!

El domingo es de mis días menos preferidos, lo considero aburrido y lleno de flojera. Cabe mencionar que lo odio por el día que viene después: el lunes. Odio los lunes.

Luz y yo nos encontramos acostadas en los sofás, aun en pijama, bebiendo leche con chocolate y viendo el maratón de Bob Esponja que suelen pasar por las mañanas. Es lo que siempre solemos hacer todas las mañanas del domingo o más bien, todo el día. Solo nos levantamos para ir al baño, comer o ir por más leche con chocolate.

Los capítulos de hoy no están tan divertidos como otros. Se me cierran los ojos del aburrimiento, tengo ganas de dormir un rato en este cómodo sofá.

 Mamá se pasa en medio del televisor, quitada de la pena presiona el botón de apagado.

─¡Oye, yo estaba viendo eso! ─reclamamos al mismo tiempo.

─Quítense esas pijamas, vamos a ir al supermercado a comprar las cosas que hacen falta.

─Ay no, que flojera. ¿Tenemos que ir nosotras? ─se queja la pequeña, cruza los brazos y hace un puchero con sus labios─. Aún faltan diez capítulos para que termine el maratón y terminando van a pasar la película de Monsters, Inc, no puedo perdérmela.

Luz ama esa película, de pequeña siempre quería que la peinaran con dos coletas y que la llamáramos Boo.

─Luz, ya has visto esa película más de treinta veces. Tú padre nos llevara, será lindo salir los cuatro juntos.

Debo decir que nunca había visto a mamá tan emocionada. Toda la semana que papá lleva con nosotras ha estado un poco diferente y feliz. Aun así no deja que papá duerma en su habitación, él y Raúl duermen en el cuarto de visitas.

De mala gana subo las escaleras detrás de la pequeña Luz. Ella odia ir de compras y no la culpo, quiere llevarse medio supermercado. Al final solo le terminan comprando un caramelo y cuando intenta abrirlo se le cae al suelo.

Al tratarse del supermercado me visto con lo mismo ayer: una playera con el logo de una banda musical, un vaquero desgastado y mis típicos botines negros. Ni siquiera me voy a tomar la molestia de arreglar mi cama, cuando regrese me voy a acostar a ver Monsters, Inc, si es que regresamos a tiempo.

No entiendo el clima de estos días, es muy bipolar. Ayer el sol estaba tan fuerte que si dejabas masa para hacer galletas arriba de un cofre, se hornearían sin ningún problema. En cambio hoy, el cielo está muy gris. Se ve que las nubes están cargadas de agua, eso indica que en cualquier instante llovería y muy fuerte.

Es raro ver a papá sin sus trajes elegantes. El día de hoy viste con una camiseta blanca tipo polo, jeans azules y tenis. Con esa ropa se ve un poco más joven, como si hubiera dejado sus cuarenta y tantos en el traje azul que traía ayer.

¿Cómo le hizo mamá para conseguir a alguien como papá? Los dos se sacaron la lotería y nunca se dieron cuenta.

─¿Y Raúl? ─le pregunto a papá en cuanto sube a la camioneta.

─Le di el día libre ─responde colocándose el cinturón de seguridad─. Tiene una cita. Lleva varios meses hablando con una chica que conoció por internet y hoy será la primera vez que se verán en persona. Es algo lindo, ¿no? Quizás Raúl encontró a su media naranja.

Qué lindo, son las cosas que nunca me pasaran.

Luz inicia a decirles a mis padres como quiere que sea su fiesta de cumpleaños. Mamá en su libreta anota algunas de las cosas que le dice, solo anota las cosas coherentes y que si se pueden conseguir. Como un castillo inflable en vez de un castillo de chocolate, un caballo en vez de un unicornio y un mago en vez de un astronauta. Luz cada vez me sorprende más.

Me estoy controlando para no opinar. Prefiero ver por la ventana como varias gotas caen en el pavimento formando marcas oscuras. Un trueno suena muy fuerte, la pequeña y yo nos estremecemos en el asiento. Nos aterran los truenos.

Al llegar al supermercado mis padres se reparten la mitad de la lista. Luz se va con papá y yo me quedo con mamá, prefiero mil veces quedarme con ella, aun no logro entablar una buena conversación con mi papá, es como hablarle a un desconocido.

El primer pasillo que visitamos es el de los congelados, mamá echa algunas cosas al carrito y nos pasamos a los enlatados, al final regresaremos por el helado. Ahora estamos en el pasillo los detergentes, mamá compara una botella con otra. Tiene la costumbre de comparar todo: precio, cantidad, calidad y aroma. Son como diez minutos de comparación y ese tiempo solo es con los detergentes, con el papel de baño se tarda aún más.

─Hija, desde que tú papá regreso no hemos hablado ─pone en el carrito la botella ganadora─. Ayer recibí una llamada de tú escuela. Me comunicaron que no estuviste entrando a varias clases y que el viernes no te vieron entrar a la escuela. ¿Me podrías explicar el por qué?

Mierda.

El martes solo entre a la primera clase, las demás las pase con Juan pablo en la biblioteca. El miércoles fuimos de nuevo a ese lugar en la carretera. El jueves nos quedamos todo el día en la biblioteca escuchando los discos que Juan Pablo llevo. El viernes nos escapamos de nuevo, fuimos al centro comercial y nos metimos al cine a ver una terrible película de terror que de terror no tenía nada, Juan Pablo era el que me asustaba cuando gritaba de broma.




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