¿Felicidad? Felicidad es lograr tener todas las materias aprobadas. Ya solo falta que llegue el día de la graduación y adiós bachillerato, hola universidad. Se cierra una etapa y comienza una nueva. A sí como recordare cosas buenas, también recordare cosas malas. Lo que será inolvidable es mi pelea con Janeth, fue épica y escuche que en la ceremonia pasaran el video como uno de los mejores momentos del año.
Como no hay mucho por hacer ahora que iniciaron las vacaciones, Alonso y yo llevamos más de una hora jugando a la baraja española. Tengo un buen juego, pero estoy segura que Alonso ganara, solo le falta el doce de monedas. Estoy súper segura que él tiene la carta que me hace falta a mí.
─¡Ana! ¡Teléfono! ─grita el abuelo desde la sala de estar.
Me levanto de la cama y con todo y las cartas voy a la cocina. No quiero que otra vez “mágicamente” se me cambie o se desaparezca mi jugada.
─¿Hola?
─¡Ana! Soy yo, Luz. Hoy te extrañamos más que ayer, nos haces falta.
Su voz suena más triste que otros días, se me hace algo ridículo que estemos separadas. Lo que quiero es estar con ella y protegerla de todo lo malo de este mundo.
─Lo sé, pequeña. Yo también las extraño ─jalo una silla para poder sentarme, nuestras charlas suelen ir para largo─. ¿Alguna novedad nueva? ¿No han incendiado la casa?
Antier me dijo que por accidente le prendieron fuego a la alfombra que con tanto trabajo nos costó lavar luego de la “reunión” que hicieron aquella vez.
─La casa está bien, ayer lo único que se incendió fueron los macarrones con queso que Susy estaba preparando. Su novio la llamo y se olvidó por completo de nuestra cena ─suelta una pequeña risa─. Hablando de novios, ¿cómo esta Alonso?
─Él está de maravilla, supongo ─de repente algo me suena mal─. Espera… ¿qué tiene que ver Alonso con el tema de los novios?
Ya sé lo que está apunto de decir, me alegra haber sacado este tema, es momento de aclararle un par de cosas aunque su corazón termine roto.
─Bueno, digamos que… mi sueño es que ustedes dos se hagan novios ─se ríe con nervios, debe de tener las mejillas coloradas─. De hecho acabo de terminar una historieta de amor sobre ustedes dos. A Alonso lo dibuje con sus alas y a ti te dibuje con tu playera favorita de Queen.
─Luz…
¡Una historieta de amor! Si Juan Pablo llegara a ver eso…
─Ana, solo piénsalo ─pongo los ojos en blanco, no tengo nada en que pensar─. Alonso y tú hacen una muy linda pareja, no, no, me corrijo… hacen una hermosa y perfecta pareja. Él es lindo, educado, musculoso, sabe cocinar, es un ángel y lo más importante: ¡Esta enamorado de ti! Te ama con todo su corazón y con cada parte de sus alas.
─Luz… ─la interrumpo antes de que esto se extienda más y se ponga a repartir flores y corazones─ Alonso y yo… nunca vamos a poder estar juntos, necesito que entiendas eso.
Me doy cuenta que estoy apretando con mucha fuerza el mantel de la mesa, abro mi mano y dejo que mis nudillos vuelvan a tomar color. ¿Por qué me pongo así?
─¡Los dos se aman! ─protesta y escucho como avienta algo.
─Eso no es suficiente… Escucha, si me quedo con él, yo tendría que irme y no quiero hacerlo y estoy segura que tú tampoco quieres que lo haga. Al igual que no puedo pedirle que se quede aquí, no es correcto y muchas cosas cambiarían, no tengo idea de cómo serían nuestras vidas, pero... me da miedo.
─No había pensado en eso, creo que yo... ─No sabe que decir. Como me gustaría tenerla en frente para darle un abrazo y decirle que no se tiene que preocupar por nada─. Ana, no quiero perderte otra vez, se me salen las lágrimas solo de pensarlo.
─Luz, nunca vas a perderme. Siempre vamos a estar juntas pase lo que pase y siempre va a ver algo que nos una. Nosotras tenemos nuestro propio hilo invisible.
─Lo lamento, es solo que a veces dejo que el miedo me meta cosas a la cabeza… Te prometo que no volveré a sacar el tema de Alonso, tú amas a Juan Pablo, ¿verdad?
─Sí… ─le confieso y mi corazón comienza a acelerarse─. Amo a Juan Pablo y él es muy especial para mí. ¿Recuerdas una vez que Susy nos dijo que nuestra segunda mitad es quien nos da paz, nos pinta la vida de colores y se complementa a la perfección con nuestra alma? Hoy estoy segura que esa persona es Juan Pablo.
─Ahora me siento mal, hice algo terrible. Días atrás Juan Pablo vino a buscarte y prácticamente lo corrí a patadas, pensé que quería separarte de Alonso… Perdóname Ana, no debí de haber hecho eso. Creo que me hasta afectando ver las telenovelas que el abuelo recomendó.
─No te sientas mal, Juan Pablo y yo estamos bien, estamos juntos.
Suelta un suspiro de alivio. Me da risa imaginarla golpeando a Juan Pablo con una escoba para que se vaya de la casa o amenazándolo con que llamara a la policía, es lo que suelen hacer en las telenovelas.
─Eso me tranquiliza un poco, aun así le debo una disculpa. Él siempre ha sido muy lindo conmigo desde el día que nos conocimos y siempre que venía a casa me traía una caja de mis galletas favoritas. ¿Crees que debería de regalarle unas como modo de disculpa? Recuerdo que una vez me dijo que sus galletas favoritas son las de mantequilla.