Entre las cenizas

CAPITULO 5

Estaba oscuro y lúgubre me recordaba a la guerra y no evitaba pensar en ella nuevamente, estaba asustada, tomó una de las espadas del piso que se encontraba tirada para dirigirme hacia el mismo lugar de donde vine anteriormente, se escuchaba espadazos, entró sigilosamente a la habitación, la silla estaba de espalda.

Camino hacia esta, pues las velas estaban apagadas, pero alguien me toma de la boca para jalarme hacia atrás haciendo que la espada que tenía se termine cayendo, trato de quitármela, pero era más fuerte, entonces pateó lo que parece ser su pierna, para poder darle un codazo en la cara, y empujarlo, era Ethan no me había equivocado.

—No te acerques… Mi padre… Ha muerto — Me dice mientras me aleja de la silla, el olor a sangre predominaba horrible. Al decir esto Sebastián abre la puerta mirando la escena, el ambiente olía a sangre, este nos mira tan solo un momento para acercarse y ver que el emperador tenía la garganta cortada, su cara tenía una mueca de horror, este nos mira con coraje. Miro como Caleb estaba en la puerta, mirando también la escena.

No podía dejar de mirar la escena, me llevo la mano a la boca.

—Sofía, ¿Qué pasó? — Me pregunta mientras se acerca a mí decidido —. Tu estuviste con mi padre y ahora está muerto. ¿De qué hablaron? ¿Qué pasó?

Estaba en shock, no podía hablar, estaba recordando todo, Sebastián me agita para que lo pueda haber.

—Hermano cálmate — Ethan se acerca para tocarlo, pero este se aleja y de su vestimenta saca su daga para amenazar a su hermano.

—Sofía ¿De qué hablaron? — Me vuelve a preguntar, estaba serio mi cerebro se prende.

—Me estaba hablando de los traidores que hay en el parlamento — digo tratando de salvarme, este me mira como si tratará de descifrar si lo que le decía era verdad.

Voltea a ver a Caleb mientras asiente con la cabeza, me empuja contra la pared mientras Caleb detiene a Ethan, estaba temblando del frío que se colaba en la habitación, él no me dejaba ver a Ethan tenía que verlo a sus ojos.

—Mi padre no te hubiera confiado sus pecados, porque confiaría sus miedos a ti — Me pregunta, me aterraba el ver que no era mi Sebastián, no era la persona de la que me enamore, golpea la pared haciendo que los libros caigan —. Te estoy preguntando.

—No lo sé... — Le digo aterrada, donde estaba mi padre, necesitaba a mi padre. Esto comienza a ponerse aún más feo cuando él toma mi cara.

—¿Dónde está Victoria? — Aprieta mis mejillas, desde cuando se había vuelto tan violento.

—Yo la deje evacuando a las mujeres, y me vine a proteger el emperador, puedes preguntarle si no me crees — Al decir esto, él me suelta mientras pide a los guardias que me guíen hacia al calabozo, en lo que esperaban mi dictamen estaría allí, Ethan golpea a Caleb mientras salta por la ventana, me someten el piso, mientras veo la cara del emperador, esta lucia aterrado, pensaban que huiría pero como si no estaba en condiciones de ni siquiera levantar la cara.

Parecía que habían olvidado quién era porque los guardias me arrojaron al calabozo antes de desatar mis manos. Sebastián va tras ellos mientras pide que se marchen, comienzo a llorar mientras recojo mi vestido se estaba manchando con el lodo que había allí dudaba que fuera humedad, pues había un olor asqueroso.

—Sé que no mataste a mi padre… — Eso hace que lo voltee a ver ilusionada, pero este no abre la puerta —. Estabas en la escena con alguien que mi padre está buscando. Ahora seré el emperador, hago esto porque te amo y quiero protegerte.

—Me estas tratando como una criminal — Le gritó mientras me ponía de pie estaba molesta.

—Cuando se aclaré la situación te sacaré de aquí, confía en mí — Me acerco a los barrotes de hierro, mientras trato de alcanzarlo mis manos estaban sucias, este me toma de las muñecas, para acercarme a él —. Confía en mí… 

—Me la vas a pagar — Le digo mientras veo como se marcha, comienzo a llorar, mientras me lanzan un cambio de ropa y me obligan a que me desvista delante de las mucamas, para evitar que traiga una arma, mientras me dan un pedazo de pan con agua, era toda la comida que me darían hasta el día siguiente.

Quién podría estar en este lugar tan asqueroso, el olor me tenía mareada, trato de recordar cada cosa que mi cerebro me permita para saber qué estaba pasando. Algo que tenía claro era que Ethan también estaba en el lugar equivocado. Me voy detrás de la cama para notar como había piedras sueltas, con mis manos, trato de sacar la mayor cantidad de piedras posibles, pero unos pasos hacen que me detenga y cubra todo. Era Caleb, este se pone serio al principio mientras me pide la versión de mis hechos.

—No cuadra con lo que dijo Victoria — Me confiesa.

—Eso fue lo que pasó, lo juro por mi padre y madre — Digo pero para él parece ser suficiente, hace señas a los guardias, quienes me toman de los brazos, para llevarme a otra habitación pasamos por lo largo del calabozo mientras pido piedad, pero los reos parecen gritar de la emoción la habitación iluminada por velas muestra una sala de tortura, los guardias me ponen en la silla mientras amarran mis pies y manos, y salen de la habitación mientras veo como Caleb se pone guantes.

Trato de llorar, pero al cerrarse la puerta con candado, este corre a desatarme.




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