Entre las cenizas

CAPITULO 13

Él se sienta delante de mí, mientras pasa el agua de un cuenco a otro, para enfriar el agua, quería saber la verdad para de una vez terminar de matar los sentimientos que tenía por él, que aún me traicionaban, sus ojos grises, me miran con un brillo que no era para mí.

—Eres suficiente Sofía, eres tan suficiente que para mí eso es mucho. Eras tan madura, te alejaste del lado de mi hermano y sin dudar me seguiste, fue como si siempre me hubieras esperado, eso me asustó — Mi corazón se revuelca con esa confesión —. Estaba tan enamorado de la idea de juntos para siempre, que cuando apareció Victoria la idea de juntos contigo se transformó en la de juntos por compromiso.

Una lágrima se cae mientras miro hacia otro lado.

—Ella era una tempestad, los primeros días la evité cuando iba a verte tu estabas dormida, pero ella me esperó una noche hasta la madrugada, y fue cuando me di la oportunidad de conocerla — Sus ojos se iluminan —. Ella está haciendo esto por dolor, porque si la conocieras como yo sabrás la verdad. Tu eres suficiente, pero yo no soy suficiente para ti.

—Lo entiendo — En realidad no lo hacía, no podía hacerlo.

—Tu siempre serás el amor de mi vida, fuiste la primera con que la idea de casarme no fue tan descabellada, de formar una familia era posible, pero nos faltó amor — Como decía que nos faltó amor, si a él no le quedaron ganas de seguir, se quitaba la responsabilidad de lo que paso, se escuchan las voces de Alexander e Hiro, el me hace señas de ir a ver mientras me quedo recargada en la pared.

No quería llorar, así que solo me detengo a pensar, la mano de Caleb dando vueltas en mi mano, me daba consuelo, había escuchado todo, pero ninguno de los 2 estaba dispuesto a hablar, a mí porque me dolía y a el por qué no le convenía, cierro los ojos tratando de dormir, no me sentía cómoda, pero me sentía adolorida, esperaba que cuando despertará el dolor pasará. 

Al despertar todos estaban dormidos a excepción de Caleb, el calentaba la carne cerca del fogón, su mano estaba mejor, el me extiende el bowl, mientras miro a Sebastián estaba dormido.

—¿Estás bien? — Me pregunta en voz baja mientras saca algunas hierbas, eso me gustaba más.

—Si, ¿Y tú? — Le pregunto mientras que con las yemas como la verdura, me gustaba el sabor, pero la carne estaba demasiado dura, no era nada como lo que estaba acostumbrada a comer.

—¿Qué haremos para limpiar nuestro nombre? — No había respondido mi pregunta, pero lo entendía.

—Necesitamos tomar el trono de la misma manera que ellas lo robaron, mi plan es ir al sur y hacer un disturbio entre las personas lo suficiente grande para que una tenga que ir hacia el centro — Me estaba quedando sin ideas, no tenía un plan.

—Podemos tratar de convencer a Ethan que ascienda al trono — Me dice mientras trata de sostener con la otra mano el plato, pero era difícil, tomó un poco de mi comida haciéndola puño, para hacer señas de que coma de mi mano, esté apenado lo hace, porque ambos necesitábamos sobrevivir.

—Eso es difícil, el quedo odiando la monarquía… Matar a alguien, no importa quien sea eso te fragmenta… Ahora imagina a tu madre… — Le digo mientras tomo una parte para mí.

—Suena mal, pero es una guerra de nunca acabar, entre los herederos de ambas familias uno debe de morir para que el otro pueda sobrevivir… Ethan es la solución a ambas, es un Ross de pies a cabeza — Eso era cierto, vuelvo a alimentarlo mientras pienso bien las cosas —. ¿Sabes que tú puedes ascender al trono?

—¿Perdón? — Le pregunto mientras limpio mis manos.

—Ethan abdicó, Sebastián puede renunciar y la corona cae contigo — No tenía intenciones de ir por la corona por mi cuenta —. Serías una gran emperatriz… 

Se escuchan ruidos provenientes del exterior lo suficiente fuertes como para despertar a los demás, callados apagamos la fogata, pero aun así captamos la atención, habíamos sido lo demasiado tontos para no examinar más adentro de la cueva, corremos dejando atrás todos los utensilios de comida.

Corremos lo más rápido, hasta encontrarnos con 2 caminos. 

—Maldita sea — Maldice Hiro. 

—Ustedes por la izquierda y nosotros por la derecha — Separó rápidamente jalando a Caleb conmigo, nos veremos en el primer pueblo que encuentren.

—Si los atrapan traten de huir — Dice Alexander porque lo más seguro era que alguno se tope con un camino sin salida —. Buscaremos a Ethan.

—Huyan ustedes primero, nosotros haremos tiempo — Digo pues ellos tenían a Sebastián, si lo atrapan eran muerte segura, sacó una de las espadas, mientras Caleb mira a Alexander cambiando de lugar. Ellos se asienten con la cabeza, mientras caminan por otro lado, tardan mucho en venir.

—Siempre terminamos juntos — Me dice mientras empuña su espada.

—Aún tienes tiempo de huir — Le digo escuchando que se acercan.

—Y perderme de contarle a mi hija sobre esto. Ni lo pienses — Sonríe mientras los caballeros nos rodean.

—Por orden de la única y gloriosa familia real se le ordena que se rinda, o afronte las consecuencias — Miró a Alexander, ambos estábamos dispuestos a luchar lo más posible, nos quieren con vida.




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