Entre las cenizas

CAPITULO 26

Después de esa discusión las cosas entre Sebastián y yo cayeron en una brecha gigante, se notaba la distancia de ambos, no entendía por qué estaba tan molesto, Ethan me dijo que tal vez no se acostumbraba a la idea de que tuviera una pareja, pues si no hay sentimientos de amor, los hombres albergan ese sentimiento de propiedad algo demasiado estúpido desde mi punto de vista, con los papeles en el piso comienzo a descifrar cada cosa, relegado las cosas a Hiro pues no quería sobre cargar a Alexander, inconscientemente le ponía cosas que hacer.

—Entonces ¿Estás diciendo que la emperatriz de sangre planeo todo? — Me pregunta Alexander, tratándose de sentar.

—Es que si fuera así no explicas como ella sabe todos nuestros pasos — Me dice Hiro con la carta parcialmente que hablaba sobre como se harían las cosas. Describía con fechas los eventos que habíamos pasado, desde las emboscadas hasta cuándo me atraparían y como lo harían —. Creía que la adivinación era un  mito.

—Lo es, es un mito, no existe la adivinación — Digo mientras Sebastián entra para ver cómo todos estábamos consternados  no podíamos explicar con palabras claras sin profanar el nombre de nuestro señor Jesucristo —. O estamos delante de un iluminado de dios o de alguien que es una verdadera…

—¿Bruja? — Ese termino hace que la piel se me enchine, volteamos a ver a Ethan quién se acerca.

—Tenemos que ser racionales, las brujas son leyendas de nuestros antepasados — Sebastián siempre tan lógico.

—Es que mira las cosas, cómo es que ella supo cada paso que hicimos con exactitud — Estábamos alterados, la falta de sueño de cansancio hizo que nos volviéramos paranoicos.

—Puede que nos haya estudiado — La conversación torna un giro bipersonal éramos solo Sebastián y yo tratando de encontrar una respuesta a un enigma.

—No la conocíamos hasta el momento en que entró Victoria ¿Cómo ella sabía de nosotros? — Comienzo a sentir mi cuerpo demasiado cansado que el ponerme de pie hace que me caiga.

—Necesitan descansar — Dice Ethan mientras ignoro la mano de Sebastián al tratar de levantarme —. Y también comer algo.

Traemos cobijas hacia el salón para dormir allí, la comida la habíamos repartido entre los plebeyos solo quedaba para nosotros sopa de papas y algún pan duro que sobró, me río por el insípido sabor. No era nada de lo que estaba acostumbrada a consumir regularmente, Alexander es el primero en acabar su plato de comida, a mi no me entraba nada más que el pan.

—Estoy bien, se que estás preocupada pero estoy bien — Me dice mientras sonrió.

—Ya se los idiotas no mueren tan fácil — Le digo mientras el solo sonríe, teníamos buen animo a pesar del ambiente, y hace mucho no hablamos el y yo solos —. ¿Qué te paso?

—Al momento de darte el arma, venía una emboscada y me cortó un poco en el área del estómago, uno de los enemigos me arrastró al portón antes de que otro de nuestros aliados lo atravesará, amigos de nuestra antigua guerra están luchando en esta y están dispuestos a ayudarnos — Me dice molesto mientras toma mi plato de sopa, su vista se nubla —. Pensé que moriría, y el hecho de que jamás vería a mi bebé me asusto… Le he dado tantas vueltas al nombre pues aún no me creo que lo que esta creciendo dentro de Raquel sea mío.

—Suena mal si lo dices así — Le digo pues sonaba como si hablará de una infección.

—Raquel y yo queremos que tu bautices a nuestro bebé — Me confiesa, mientras se toma el estomago —. Si algo me pasa prométanme que ustedes se harán cargo de ella.

—No digas eso hermano — Le dice Hiro, mientras el niega con la cabeza, me acerco para besar su mano, áspera nada como la primera vez que la toque, este sonríe.

—Tendrás que pensar en un buen nombre para mi bebé — Las mucamas llegan a limpiar, mientras la noche estaba cubriendo todo el castillo, no podía quedarme más tiempo sin hacer nada, era hora de que hiciera algo por mi cuenta, tomo un arco, la espada de mi padre, la chaqueta de Caleb y la arma de Alexander, llevaba las cosas de las personas que más me importaban mientras camino hacia la habitación de Ethan quien estaba de rodillas rezando junto a Sebastián.

Me pongo cerca de la pared a escuchar.

“Lo que hace es un grave error, ¿Como es que ya tan rápido supero lo nuestro? Y todavía piensa en casarse con él. ¿En que momento?” Pregunta Sebastián a su hermano.

“¿Qué pensabas? Ella no te iba a guardar luto, te dije que si la perdías seria el peor error de tu vida, no me digas que ahora estas arrepentido” Le contesta Ethan mientras sus voces se escuchaban a más fuerte —. No te atrevas a arruinar su felicidad ahora que la encontró.

—No soy tan egoísta… Solamente duele… — ¿Cómo se suponía que decir que le doliera no fuera egoísta? Yo también sufrí de ese dolor, de esa ansiedad, Hiro me toma del brazo mientras me niega con la cabeza, estaba por cometer una estupidez, este me ayuda a dejar las cosas donde estaba para volver al salón y recostarme aún lado de Alexander este se quejaba de vez en cuando. ¿Acaso estaba haciendo lo correcto en tener esta calidez?

Al despertar me doy cuenta de que todos estaban roncando, el cansancio los había alcanzado mientras me había dormido con la chaqueta de Caleb aún preservaba su olor, me recargo en la fría pared y estaba ansiosa por que hoy expondría ante los caballeros el plan que Caleb se había esforzado en planear, me saco el anillo para darle un beso. Soy cachada por Ethan quien me sonríe mientras me pide que me acerque, había olvidado por completo el hecho que me había puesto falda para dormir estaba frio el clima pero no lo suficiente como para cambiarme, al salir veo como Ethan me lleva hacia su biblioteca ambos en silencio, estaba más cansada que despierta, que al ver las flores cafés sobre la mesa y un plato de carne caliente hace darme cuenta de la fecha octubre 3…




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